Donald Trump ha vuelto esta semana a la carga y ha puesto sobre la mesa los aranceles a los productos extranjeros. Un tema que casi había quedado en el olvido con la crisis mundial desatada por el Covid-19. El país norteamericano ha informado que va a mantener los aranceles que impuso a la Unión Europea en un 15% para los productos de aviación civil y un 25% para los demás, por un valor de 7.500 millones de dólares.
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En este 25% se incluyen las bebidas alcohólicas, pero no todas. Bebidas como la ginebra o la cerveza han quedado exentas de estos impuestos. Ambas estaban hasta este momento incluidas en la lista de productos afectados. Su exclusión ha tenido una buena acogida por parte de la secretaria de comercio de Reino Unido, Liz Truss, aunque se ha lamentado que otros productos no hayan corrido con la misma suerte.
Se trata, ni más ni menos, que del whisky escocés, un producto que salvo nueva actualización mantendrá los aranceles impuestos por Trump el pasado 18 de octubre. Una decisión que en palabras de Truss "daña la industria y los medios de vida a ambos lados del Atlántico".
España no se queda ajena a los nuevos cambios impuestos por Trump, aunque en este caso sería más correcto decir los no cambios. El vino es uno de los productos que no ha conseguido librarse de los impuestos norteamericanos. Una decisión que no ha tardado en provocar reacciones en España.
La Federación Española del Vino (FEV) ha lamentado la decisión de Estados Unidos, además, afirman que el vino es una "víctima de un conflicto ajeno". Una situación que ha perjudicado gravemente a las bodegas españolas, sobre todo, teniendo en cuenta que Estados Unidos está considerado un mercado prioritario.
Además, hay que tener en cuenta que mantener los aranceles al vino se produce en un momento "especialmente delicado" para el sector por la crisis provocada por el Covid-19, que ha derivado en restricciones en la hostelería en todo el mundo.
Un posicionamiento muy similar al del Consejo Regulador de Ribera de Duero. Su presidente, Enrique Pascual, ha asegurado que la decisión de Estados Unidos es "un palo". Más críticos han sido desde la Bodega Protos, que definen a los aranceles como "un varapalo" que llega después de mucho esfuerzo
