Los diferentes gobiernos y los partidos políticos han sido hasta hoy incapaces de ofrecer, con algún tipo de garantía, una solución al problema de las pensiones en España. Según datos de Inverco, en 2018 el balance de aportaciones netas a los planes de pensiones arrojó un resultado negativo de 202 millones de euros, casi 629 millones menos que el año anterior.
Se pueden buscar muchas causas pero la respuesta siempre es la misma: no interesa afrontar el problema desde el ámbito político. En agosto los ahorradores españoles comieron con una noticia que seguramente les cortó la digestión: el Gobierno planeaba penalizar la fiscalidad de los planes privados de pensiones quitando las deducciones en el IRPF. De repente se pasaba de la inacción ante el problema de la jubilación a la amenaza, y aunque finalmente quedó en un amago las consecuencias se han visto reflejadas en la cruda realidad de los números.
Los medios de comunicación también han ido recordando mes a mes que la hucha de las pensiones se estaba agotando, pero eso no tampoco ha sido suficiente para alcanzar un acuerdo político. Como se intuía, este año el Pacto de Toledo terminó sin acuerdo y nos encontramos tras los dos primeros meses de 2019 con la misma incertidumbre de antaño. A este paso, pensamos todos, no vamos a cobrar nuestra pensión.
No todo es negativo, la transposición a la ley española de la IORPII, una normativa europea que permite a los ahorradores la posibilidad de elegir fondos de cualquier país de la UE, con unas comisiones mucho más bajas, entró en vigor el pasado 13 de febrero. Si las entidades financieras espabilan y reducen sus comisiones, puede que volvamos a confiar en el producto nacional. Si no, tendremos que ir obligatoriamente a buscar fuera.
Lo que sí está claro de todo este asunto es que ahora mismo dependemos de nosotros mismos y de nuestra capacidad de ahorro para vislumbrar una jubilación sin agobios. No podemos fiarnos de los políticos y debemos confiar en que los bancos nos ofrezcan productos más baratos, ajustados al perfil de riesgo de cada ahorrador y centrados en obtener rentabilidad. Veremos cómo se adaptan en los próximos meses.
