Una vez terminada la cuesta de enero, y centrados en la tranquilidad financiera personal, es necesario hacer un análisis de nuestras finanzas. La realidad ha demostrado que la posibilidad de un arreglo para las pensiones públicas cada vez es más difícil
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Los partidos políticos no se ponen de acuerdo y su día a día pasa por pensar en las próximas elecciones y no en arreglar el futuro de los trabajadores de cara a la jubilación. Desde Europa siguen presionando para adaptar la regulación a un modelo comunitario del que España está muy lejos y es necesario que seamos las personas las que tomemos cartas en el asunto.
Para eso, es necesario hacer pequeños cálculos: el básico es que aportando a un plan de pensiones cien euros al mes durante 45 años el resultado final, aunque los mercados no acompañen, debe ser suficiente para disfrutar de una aportación extra en los siguientes 20 años tras la jubilación.
En términos monetarios estamos hablando de que alguien que aportó 100 euros al mes en 1960 tendría ahorrados unos 600.000 euros. Todo esto descontada la inflación, es decir, en términos reales y con una cartera de riesgo medio.
Esto indica que cada uno tenemos que valorar nuestra capacidad de ahorro y sobre todo iniciar una actividad a la que nadie nos ha enseñado. Hay que ser tenaz, paciente y valiente para pensar en tu futuro a costa del presente.
