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El abanico de perfiles y estrategias de inversión puede ser enorme y por eso las posibilidades pueden ser infinitas. Pero para iniciarse en este mundo y mantenerse durante los primeros años, o para siempre si te encuentras cómodo, vamos a contaros cuál sería la cantidad idónea de fondos a tener en cartera.

Lo primero que debemos tener claro es nuestro perfil de riesgo como inversor. Si somos un inversor profesional nuestro abanico de fondos de inversión en cartera será más grande para que podamos abarcar un abanico más amplio de posibilidades o de estrategias distintas, pero claro está, tampoco debemos excedernos en este sentido, marcando un objetivo de entre 15-20 fondos. Todo lo que supere ese rango estará sobre-diversificado.

En el caso de ser un pequeño inversor debemos tener en cuenta en primer lugar nuestro horizonte temporal de inversión para, posteriormente, fijar un objetivo.

Partamos de la base de que lo que necesita este perfil no son carteras complicadas ni estar realizando rebalanceos constantes de la cartera según la evolución del mercado. Por eso debemos de tener una cartera de fondos de inversión que esté bien diversificada en tipos de activo (renta variable, renta fija, Inmobiliario, Hedge Funds) y en zonas geográficas para evitar todo esto.

La cantidad ideal de fondos para un inversor final estaría entre los 7 y 10 fondos de inversión. Con esta cantidad podremos invertir en varias zonas geográficas que nos permita la diversificación global de los activos sin caer en la sobre-diversificación. A medida que incluyamos fondos en la cartera, la volatilidad de la misma irá bajando pero llegará un momento que al introducir más fondos en la cartera no se traducirá en un aumento de la rentabilidad ni en una disminución del riesgo. Es decir, va a llegar a un punto en el que el riesgo sistemático va a ser el mismo, haya 15 o 25 fondos en cartera y la rentabilidad no tiene por qué verse aumentada. Por este motivo, tener más de 10 fondos de inversión en cartera nos va a añadir poco valor y aumentará las probabilidades de que acabemos teniendo fondos con activos subyacente muy similares dentro de ella.

El hecho de tener una gama muy amplia de fondos que nos dé una exposición a muchos nichos de mercado o tener un fondo que cubra cada rincón o economía local puede hacer que caigamos en la dilución de los rendimientos que podamos obtener, no solo por la cantidad de fondos, sino por la cantidad de comisiones de gestión que vamos a tener por cada uno de los fondos contratados, haciendo que nuestro objetivo se vaya al traste.

En definitiva, no necesitamos una cartera infinita de fondos. Con un máximo de 10 fondos tendremos cubierto un espectro importante de zonas geográficas de inversión. No debemos caer en la tentación de ponderar por popularidad, ni de perseguir rendimientos extraordinarios pasados, ni de querer adivinar cuál será el próximo fondo que lo va a 'petar' porque lo único seguro es que acabaremos teniendo una rentabilidad peor de la esperada. Lo único que necesitamos es tener una estrategia definida, asignar un buen asset allocation y, sobre todo, no diversificar en exceso (no más de 10 fondos). De esta forma ya tendremos una parte importante del camino andada.

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