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La pandemia de Covid-19 ha acelerado la transformación digital de las empresas y la sociedad en general. Todos los estudios coinciden en señalar que esta crisis sanitaria ha ayudado a que el cambio en nuestro modo de vida se haya producido de una manera menos dramática, ya que nos ha permitido seguir trabajando, comprando, disfrutando del ocio y también invirtiendo. Algo que teníamos previsto alcanzar en los próximos 10 años se ha conseguido en apenas unos meses.

Pero, no nos equivoquemos, tenemos mucho trabajo por delante, especialmente en el mundo de la inversión. Los Robo Advisor hemos sido pioneros en digitalizar el sector de los fondos de inversión. Con ello hemos conseguido que desde hace años cualquier partícipe pueda realizar todas las operaciones relacionadas con su cartera cómodamente desde su casa a través de cualquier dispositivo sin necesidad de pisar una sucursal: acceder a las fichas de los fondos, revisar posiciones, contratar, traspasar y vender, analizar y recibir asesoramiento. Todo gracias a la tecnología.

Sin embargo, las entidades financieras no han sido tan ágiles a la hora de ofrecer esos mismos servicios a sus clientes. La banca online sí permite realizar fácilmente las operaciones habituales que se hacían tradicionalmente en las ventanillas, pero no así las relacionadas con la inversión.

Pese a que MiFID II ha traído transparencia al mundo de los mercados e instrumentos financieros, no todos los bancos han sabido adaptarse a esta normativa y no prestan la ayuda necesaria a sus clientes a la hora de invertir: falta de información, errores en el perfilado, oferta de productos caros y poco eficientes, denegación de acceso a fondos de otras gestoras, altas comisiones… La lista podría alargarse si incluimos la atención al cliente, que en muchos casos se ha vuelto inexistente salvo que vayamos directamente a la sucursal a plantear una queja. Es urgente una revisión de su modelo de prestación de servicios para que no se queden a la cola de Europa.

Los inversores somos cada vez más exigentes y queremos un servicio 24 horas todos los días del año, poder elegir lo mejor para nosotros y tener acceso pleno a la información desde cualquier sitio. Muchos parecen no darse por aludidos. No basta con una reestructuración que ya llega tarde, hay que incidir en la idea de que el cliente es lo primero. Y la digitalización es la perfecta aliada para ofrecerle el servicio que merece.

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