Uber está bajo la lupa de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos). Este organismo ha determinado que la compañía tiene una deuda de más de 358 millones de dólares, es decir, 147,4 millones de dólares desprendidas del IVA y las ganancias y 211,3 millones de dólares de impuestos a la seguridad social.
Las asumas exigidas por la AFIP corresponden a los periodos fiscales de 2016 y 2017. El organismo defiende que "los conductores de Uber son empleados en relación de dependencia y no trabajadores independientes como sostiene la compañía".
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La AFIP sostiene que Uber transfirió fondos cobrados al exterior, en lugar de tributarlos en Estados Unidos. En total, el organismo estima que la compañía no declaró las tributaciones fiscales a la seguridad social de más de 16.000 de sus conductores.
Por su parte, Uber cierra filas y a través de un comunicado asegura que "no hemos recibido notificación formal de la AFIP y ante la información difundida, aclaramos que Uber paga todos sus impuestos y que está a disposición de cualquier consulta de la AFIP".
Uber defiende además que "no corresponde el pago de los aportes de la seguridad social de los conductores por la naturaleza de su actividad".
Estas acusaciones llegan justo mientras Uber busca salir a Wall Street valorada en 10.000 millones de dólares, lo que la convertiría en la mayor OPV del año hasta el momento.
La oferta será dirigida por Morgan Stanley junto con Goldman Sachs y Bank of America. Además, Uber ha recibido el respaldo de PayPal, que ha invertido recientemente 500 millones de dólares para comprar acciones ordinarias mediante colocación
