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El primer ministro de Italia, Guiseppe Conte.Filippo Attili/Palazzo Chigi/dpa

El primer ministro de Italia, Guiseppe Conte, ha pedido calma mientras el coronavirus se propaga a otras partes del país y se suceden los cierres, clausuras y las "noticias falsas".

Hasta este miércoles hay 325 casos confirmados de coronavirus y 11 muertes en Italia. Las infecciones se están extendiendo ahora más allá del epicentro original en el norte, con casos en Toscana, Le Marche, Emilia Romagna, Alto Adige, Piamonte, Liguria, Lacio, Sicilia y el sur de Roma.

Once ciudades de las regiones septentrionales más afectadas de Lombardía y Véneto permanecen 'paradas', con escuelas, universidades, empresas y muchos lugares públicos cerrados. El brote ha provocado nuevas tensiones en el frágil Gobierno de coalición de Italia, y discusiones entre Roma y las autoridades de Lombardía.

El primer ministro pidió este martes a los medios una cobertura tranquila y menos sensacionalista. "Es hora de bajar el tono; tenemos que detener el pánico", dijo, según el periódico italiano 'La Repubblica'. El periódico añadió que Conte le ha pedido al jefe de la emisora pública Rai que bajen el tono de sus reportajes sobre el virus.

Conte también trató de tranquilizar al público, que está preocupado por el cierre de escuelas y el agotamiento de los alimentos, después de que el pánico haya vaciado los estantes de los supermercados en algunas ciudades. "El pánico es una reacción completamente injustificada que compromete la eficiencia general del sistema y desencadena lamentables especulaciones sobre los precios de algunos productos", dijo al periódico 'Corriere della Sera' el martes.

"El suministro de alimentos se asegurará con medidas adecuadas, especialmente en las zonas 'cluster'. La calma se recupera a través de una comunicación puntual y transparente", dijo.

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