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Endesa ha ganado 338 millones de euros en el primer trimestre del año frente a los 491 millones del mismo periodo de 2021. Esto supone una caída del 31%. Sin tener en cuenta los extraordinarios anotados en el primer trimestre del año pasado, esencialmente los 188 millones procedentes de una sentencia judicial relativa a derechos de CO2, el beneficio crecería un 14%.

La energética ha dicho que el trimestre ha sido "extremadamente volátil" en el sector eléctrico, subrayando que ha sido un periodo marcado "fuertemente" por el deterioro del escenario macroeconómico y los altos precios de las materias primas y, singularmente, del gas (un 350% más caro en promedio que en el primer trimestre de 2021). Aun así, mantiene sus objetivos financieros para el año tal y como se comunicaron al mercado: resultado ordinario neto de 1.800 millones y EBITDA de 4.100 millones.

El EBITDA de la compañía hasta marzo cayó un 10%, hasta 914 millones. Sin tener en cuenta los extraordinarios citados más arriba, el EBITDA crecería un 10%.

Endesa tenía, a final de marzo, el 100% de su energía propia (nuclear, hidroeléctrica y renovable no regulada) vendida para este año, y el 82% ya para 2023.

“Comenzamos el ejercicio afrontando una coyuntura aún más desafiante que en el anterior, marcada por las tensiones macroeconómicas derivadas del impacto de la guerra en Ucrania y por el traslado de este conflicto a un mercado de materias primas ya muy inflacionado desde hace meses", ha señalado José Bogas, consejero delegado de Endesa. "La compañía sigue confiando en la solidez de su modelo de empresa verticalmente integrada para cumplir los objetivos de 2022. Y mantenemos también nuestra estrategia de asesoramiento y ayuda a todos los clientes, acogidos a cualquier tipo de tarifa, para superar las turbulencias del mercado energético en sus hogares y empresas”, ha añadido.

OTRAS MAGNITUDES

La "compleja" coyuntura de los mercados de las materias primas, unida a un incremento de las partidas regulatorias pendientes de cobro, han afectado negativamente al capital circulante necesario para financiar las operaciones de la compañía. Ello ha situado en negativo el flujo de caja de las operaciones en 476 millones.

La cobertura de este flujo de caja negativo, el desembolso de las inversiones en el periodo por 533 millones y el pago de dividendos por 529 millones sustentan el alza de la deuda neta hasta 10.334 millones a final del trimestre.

La compañía ha destacado que el coste del pasivo se sitúa en cualquier caso en su mínimo histórico, el 1%, medio punto por debajo del reportado a final de 2021. Y el porcentaje de deuda ligada a criterios de sostenibilidad sube cinco puntos, hasta el 65%, en relación al cierre del pasado año.

“El primer trimestre del año ha estado marcado por un escenario energético de extrema volatilidad, que hemos podido gestionar apoyándonos en la solidez de nuestro modelo de empresa eléctrica integrada. Mantenemos firme el ritmo de nuestra transformación hacia una empresa descarbonizada y sostenible, con un alza de las inversiones brutas del 48% respecto al mismo periodo de 2021, hasta 402 millones, la mayoría en redes y renovables. Destacaría igualmente nuestra posición holgada de liquidez con 4.403 millones que nos permiten cubrir casi dos años de vencimientos de deuda”, ha destacado Luca Passa, director general financiero de la compañía.

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