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Mario Draghi conversa con Christine Lagarde, su sucesora al frente del BCE

Más estímulos. Eso es lo que tendrá que aplicar Christine Lagarde cuando asuma la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) a partir del mes de noviembre. Tras la 'traca final' lanzada por Mario Draghi en el final de su mandato (la reunión de octubre en la que seguirá siendo presidente se considera un mero trámite antes de la llegada de Lagarde), el mercado ha retrasado su previsión de la primera subida de tipos en la zona euro, al menos, hasta 2022. Sin embargo, los analistas consideran que serán necesarios más estímulos monetarios en los próximos meses.

"No creemos que el BCE haya hecho lo suficiente. Creemos que tendrá que ofrecer al menos dos recortes de tasas más de 10 puntos básicos en diciembre y marzo, así como aumentar el ritmo de la QE a 40.000 millones de euros en el mes de marzo de 2020, una vez que el entorno macroeconómico mundial empeore aún más", afirman desde TD Securities. "Las medidas de política del BCE pueden ser adecuadas, pero creemos que eso deja al mercado con necesidad de nuevos catalizadores para escapar de los rangos recientes", añaden estos expertos.

Respecto a la efectividad de las decisiones del BCE, Esty Dwek, analista de Natixis IM señala que “las medidas del BCE tendrán un éxito económico limitado”. Por ello, espera que Lagarde ejerza “una presión adicional” para que los Gobiernos impulsen una política fiscal expansiva, puesto que “la política monetaria por sí sola no puede impulsar el crecimiento europeo”.

En este sentido, algunos analistas consideran que la efectividad de los estímulos monetarios del BCE está casi agotada. "La decisión de Mario Draghi de implementar un segundo programa de QE huele a desesperación, mientras el banquero central cerrará su mandato con Alemania en la cúspide de una recesión. El BCE está claramente al límite de su capacidad, con Draghi y Lagarde indicando claramente que la responsabilidad debe estar en la expansión fiscal específica", señalan desde IG.

Sin embargo, pese a que Mario Draghi ha pedido abiertamente a los países con posiciones fiscales saneadas que apliquen estimulos fiscales, "si bien la política fiscal es más efectiva que la política monetaria, esperar un gran impulso fiscal sería como esperar a Godot", comentan desde Berenberg.

Philippe Waechter, experto de Natixis IM, destaca que “la represión financiera del BCE implica que los tipos de interés, para todos los vencimientos y en todos los países, van a ser bajos y negativos durante un periodo muy, muy largo de tiempo”. En su opinión, “los tipos de interés a corto plazo permanecerán en los niveles actuales, al menos, hasta el año 2022”. Sin embargo, especifica que “el impacto macroeconómico de las medidas será muy limitado”.

"Sin embargo", añade este experto, "esto refuerza la necesidad de una política fiscal efectiva y proactiva para salir de la trampa de liquidez actual, haya o no una recesión". Pero "dada la falta de voluntad de los gobiernos para tener una política fiscal coordinada, la posición de Draghi se asocia con una fuerte apuesta por el futuro a riesgo de convertirse en ilusiones". En este escenario, Waechter desea "buena suerte a Christine Lagarde".

Para Berenberg, una mayor relajación aún puede ayudar a contener los riesgos a la baja. En su opinión, "el BCE puede prevenir las turbulencias del mercado, que podrían exacerbar el impacto sobre la economía real del entorno desafiante de las guerras comerciales, el Brexit y la desaceleración de China". Por ello, "al reducir aún más los costes de financiación, puede facilitar que los gobiernos financien una expansión fiscal modesta y habilitar a los países un espacio fiscal adicional para usarlo realmente".

Desde ING, afirman que Draghi ha llamado "más abiertamente a los gobiernos con espacio fiscal a actuar de manera efectiva y oportuna. Se trata de "una fuerte señal de que el BCE es consciente del hecho de que ya no puede restaurar el crecimiento y la inflación, sino que necesita un estímulo fiscal".

Por su parte, Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments, señala que "estos estímulos de la política monetaria son una de las razones importantes por las que en nuestras previsiones económicas de la zona euro tenemos unas tasas de crecimiento bajas, pero no negativas. Pero seguimos pensando que el BCE tendrá que hacer más con el tiempo, incluyendo recortes aún más profundos de los tipos de interés".

Por último, para Barclays, la diferencia de opiniones en el Consejo de Gobierno, el énfasis en la política fiscal (que implica subrayar los límites de la política monetaria) y la incertidumbre sobre la efectividad del tiering para solucionar el problema de los tipos bajos en el sector bancario ha provocado una reacción ambigua del mercado.

Estos expertos anticipan dos recortes adicionales de 10 puntos básicos en la tasa de depósito y una duración del programa QE hasta final de 2020. Además, esperan que Lagarde amplíe la discusión sobre el objetivo de inflación y la coordinación apropiada de estímulos fiscales y monetarios.

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