bolsas indecision
Alberto Sánchez

La volatilidad, los nervios y las caídas se han instalado en los parqués mundiales, especialmente en Wall Street. El endurecimiento monetario global, una inflación persistente, el temor a una recesión y la amenaza de una nueva crisis de deuda en la eurozona han llevado a los inversores a huir de la renta variable. Sin embargo, los analistas de M&G Investments destacan que empiezan a observar algunas “señales de alivio”.

“Consideramos que, por lo que respecta a las caídas en los mercados, lo más duro ha pasado ya, pero es probable que haya más baches en el camino fruto de los riesgos existentes”, aseguran estos expertos.

DEBILITAMIENTO DE LA DEMANDA Y SIGNOS DE CONTRACCIÓN

Así, la firma resalta que los indicios de debilitamiento de la demanda por las crecientes presiones inflacionistas son evidentes desde hace tiempo. “Incluso en el caso de la demanda de los consumidores estadounidenses, que ha resistido relativamente bien hasta ahora, hemos empezado a ver algunas grietas. Por ejemplo, la demanda de gasolina en el país está muy por debajo de los niveles medio de suministro de los cinco años anteriores a la pandemia del Covid”, explican desde M&G.

Igualmente, estos analistas prestan atención a los indicadores PMI e ISM, cuyas lecturas están dando síntomas de contracción (tanto en el caso del sector industrial como en el de servicios); y advierten también que las previsiones de beneficios de muchas empresas empiezan a ser cautas. “Compañías de Estados Unidos, Reino Unido y Europa continental están reconociendo ya que los consumidores se están empezando a decantar por productos de menor valor, detectándose una moderación de la demanda de los bienes de consumo no perecedero”, argumentan.

¿ESTÁN DESCONTADAS YA LAS MALAS NOTICIAS?

En este escenario y dada las recientes pérdidas registradas por los mercados bursátiles y el aumento de las rentabilidades (TIR) de la renta fija, los mencionados expertos se preguntan si las malas noticias están ya descontadas. En su opinión, “en parte sí, pero no del todo, y dependerá de lo malas que sean las noticias en adelante”.

“En un escenario de pesimismo generalizado, los mercados están obligados a ser más sensibles a las noticias positivas. Estas podrían ir desde cualquier señal de resolución de la guerra en Ucrania, hasta una desaceleración de la inflación, o que los bancos centrales sean más prudentes con el endurecimiento monetario”, comentan.

“Sin embargo, sigue habiendo riesgos, como la posibilidad de que se impongan nuevas sanciones a Rusia o de que los bancos centrales sean demasiado duros y no sepan equilibrar inflación y crecimiento”, prosiguen.

Pero, a su juicio, la cuestión fundamental es calibrar el impacto del deterioro económico en los beneficios corporativos. “Creemos que las valoraciones actuales ya descuentan un quebranto de las perspectivas de crecimiento, pero no debemos olvidar que la posibilidad de una recesión sigue estando vigente”.

POSICIÓN NEUTRAL SOBRE LA RENTA VARIABLE

Bajo estas premisas, su posición actual sobre la renta variable es la de neutral. “Seguimos siendo prudentes y selectivos, y mantenemos unos saldos de efectivo superiores a los habituales. Creemos que este mercado no es propicio para adoptar participaciones significativas; preferimos preservar el capital y esperar a que haya mejores oportunidades”, indican.

Aun así, estos gestores han aprovechado la volatilidad en el mercado para comprar algunos títulos que han sufrido una rebaja significativa, “siendo muy selectivos por la incertidumbre que se avecina”. Entrando en detalle, consideran que el sector tecnológico global ha brindado algunas oportunidades interesantes y aconsejan mantener una cartera diversificada en diferentes clases de activos, incluida la renta variable, la renta fija, las ‘commodities’ y los activos reales.

APUESTA POR EMPRESAS QUE PUEDAN FIJAR PRECIOS

“Dentro de las clases de activos, la selección es fundamental. El contexto actual no es el de una inversión a grandes rasgos, a ‘brochazos’. Cuando se invierte en empresas es importante centrarse en aquellas que cuentan con el poder de fijación de precios y unos balances sólidos; es decir, aquellas que puedan resistir mejor el entorno inflacionista y de subidas de tipos”, destacan.

Finalmente, en cuanto a sectores, M&G muestra su preferencia por aquellos que puedan beneficiarse de las tendencias futuras, como podrían ser el de las infraestructuras y el relacionado con las bajas emisiones de carbono.

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