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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE)Thomas Lohnes / Getty Images

"A veces, intervenir empeora las cosas. Esta es quizás la lección que el BCE (y Mario Draghi) aprendieron el jueves. Su intento de apuntalar el sentimiento con un nuevo programa TLTRO asustó a los mercados con una indicación de que la economía de la eurozona va a empeorar antes de que mejore".

Es la valoración de Chris Beauchamp, analista jefe de IG, sobre lo que ocurrió en las bolsas europeas tras las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo, que al mismo tiempo reconoció que la situación económica en la zona euro empeorará en los próximos meses.

En opinión de Beauchamp, los mercados siguen siendo extremadamente sensibles a las insinuaciones de que la situación económica empeorará, ya que Europa está a merced de factores que están más allá de su control, como la guerra comercial entre EEUU y China y la incertidumbre sobre el Brexit.

Hay que reconocer que Draghi afronta un escenario muy complicado en los últimos meses de su mandato al frente del BCE, que termina en octubre. La salida de Reino Unido de la Unión Europea amenaza la estabilidad de la zona euro, por lo que el BCE se ha anticipado a un posible Brexit duro anunciando cuatro meses antes de su inicio nuevas subastas de liquidez para la banca.

Pero eso no ha sido suficiente, ya que el BCE finalmente ha tenido que reconocer, tras varios meses calificando la debilidad económica como transitoria, que la zona euro va a crecer mucho menos de lo esperado anteriormente. Y este hachazo a las previsiones, junto a unas menores estimaciones sobre la inflación, han motivado que la previsión de subir los tipos de interés se aplace, como mínimo, hasta final de año. Además, varios miembros del Consejo del BCE opinan que debería retrasarse hasta marzo de 2020.

Y eso, para los bancos, supone atrasar otro año más las esperadas subidas de los intereses, el gran catalizador para mejorar su rentabilidad y su margen de intereses pero que no termina de llegar. David Madden, experto de CMC Markets, señala que "el mensaje subyacente del BCE ha sido negativo y eso ha afectado a los mercados de valores".

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SORPRENDE EL MOMENTO, NO LAS MEDIDAS

Desde la firma alemana Berenberg, destacan que el BCE se ha visto obligado a "constatar la realidad", lo que le ha llevado a reaccionar "más rápido y más decisivamente de lo esperado a una perspectiva económica más débil". Estos expertos se muestran "sorprendidos" no tanto por las medidas anunciadas, sino por el momento, ya que las esperaban "en abril o junio".

En su opinión, ha sido "crucial" la revisión a la baja de las expectativas de inflación durante los próximos tres años hasta el 1,6% desde el 1,8%, así como el recorte de la estimación de crecimiento para 2019 hasta el 1,1%. "El BCE ha hecho todo lo que podía para este año antes de lo esperado, por lo que será aburrido seguirlo durante el resto del año", señalan estos expertos. "Antes, el BCE veía el vaso medio lleno, y ahora lo ve medio vacío", añaden.

No obstante, otros expertos como los de Oxford Economics ya habían anticipado que el BCE podía anunciar tan pronto como en su reunión de marzo una nueva ronda de liquidez para la banca, según publicó Bolsamanía la semana pasada. Por su parte, Jeremy Gatto, gestor de Unigestion, señala que los mensajes del BCE confirman el cambio de enfoque hacia una política monetaria más blanda por parte del grupo de los 10 bancos centrales más importantes del mundo.

Gatto también señala que "la sorpresa no son las medidas, sino el momento". En su opinión, si la desaceleración económica de la zona euro persiste durante dos meses más, "es probable que seamos testigos de que la eurozona entra en recesión", en un momento de gran incertidumbre por el Brexit.

Claus Vistesen, economista jefe de Pantheon Macroeconomics, destaca que "la conclusión es que el perfil de los tipos de interés en la zona euro se parece mucho más al de Japón que al de EEUU". En el país asiático, los tipos se mantienen en niveles muy reducidos desde hace décadas.

Por su parte, los expertos de Barclays comentan que las medidas del BCE pueden incluso quedarse cortas si se materializan los riesgos externos que amenazan a la eurozona. "Un choque con el Brexit o una guerra comercial entre EEUU y la Unión Europa requeriría claramente un mayor ajuste de la política del BCE, en nuestra opinión", afirman desde la entidad inglesa.

En la misma línea, Anna Stupnytska, economista de Fidelity International, señala que "las medidas del BCE están totalmente justificadas por el telón macro de fondo", ya que "la desaceleración en la actividad global sigue su curso y hasta la fecha hay poca evidencia de 'brotes verdes'".

Esta experta añade que "la incertidumbre geopolítica seguirá dominando el sentimiento de los inversores y Europa posiblemente se convierta en el próximo 'objetivo' del proteccionismo comercial liderado por EEUU". Su conclusión es que Draghi "ha eliminado cualquier necesidad de tomar decisiones políticas importantes al menos hasta finales de 2019, y posiblemente hasta 2020" y que "en ausencia de grandes shocks a lo largo de este año, la postura del BCE no se modificará”.

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