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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE)

División de opiniones en torno al Banco Central Europeo (BCE) y su presidente, Mario Draghi. Tras retrasar por segunda vez este año el inicio de las subidas de los tipos de interés en la zona euro, los bancos españoles se hundieron en bolsa (perdieron 2.000 millones de euros de capitalización bursátil en unos minutos) ante la previsión de que sus márgenes de intereses seguirán sufriendo por los tipos ultra bajos aplicados por la máxima autoridad monetaria europea.

Al mismo tiempo, el consenso de analistas tampoco ha considerado demasiado acertadas las medidas anunciadas por Draghi, al valorar que son insuficientes para impulsar la inflación en la eurozona y que tampoco contribuirán a reactivar el débil crecimiento económico.

El mercado, al igual que le sucede a la Reserva Federal en Estados Unidos, ha comenzado a descontar que el BCE no sólo tendrá que mantener los intereses en los niveles actuales, sino que deberá recortarlos porque el proteccionismo comercial de EEUU provocará un menor crecimiento a nivel mundial. Además, los analistas esperan un impacto destacado en Europa por un Brexit que se prevé caótico.

Sin embago, pese a que Draghi es consciente de estos riesgos, afirmó en rueda de prensa que "la situación es mucho mejor que hace siete años", cuando lanzó al mercado aquel famoso 'haremos lo que haga falta para proteger al euro' que pasará a la historia de los mercados financieros.

Así las cosas, el banquero italiano, viejo zorro que abandonará su puesto en el mes de octubre, se limitó a comentar que "el BCE bajará los intereses y volverá a comprar activos si las contingencias adversas se materializan". En este sentido, Draghi aportó otro matiz interesante, al compartir su sensación de que el mercado está anticipando "algo más grande" que una mera preocupación sobre las tensiones comerciales. Nadie sabe exactamente a qué se refería, pero la reflexión quedó en el aire.

¿QUÉ OPINAN LOS ANALISTAS?

Paul Diggle, economista político de Aberdeen Standard Investments, señala que su escenario base es que no se produzcan subidas de los tipos de interés "hasta final de 2021 y, muy posiblemente, mucho más allá". Para Diggle, es probable que las sucesivas ampliaciones futuras del 'forward guidance' "se conviertan en un elemento familiar en la elaboración de las políticas del BCE".

En este escenario, considera que la probabilidad de una relajación significativa de la política del BCE "está aumentando claramente" porque los fundamentales para el crecimiento y la inflación son débiles, y porque es muy posible que se produzca una nueva escalada de la guerra comercial

Así, la elección del instrumento a utilizar, en caso de que se considere necesario, puede depender de la naturaleza del "choque". Si es necesaria una flexibilización porque la evaluación del BCE del entorno de crecimiento e inflación se modera, el instrumento elegido puede ser el QE.

Si se requiere una relajación debido a que los recortes en los tipos de interés de la Fed significan una apreciación del euro, los recortes en los tipos de interés pueden ser la opción preferida. "Y si se utiliza la flexibilización porque Europa se ve envuelta en una guerra comercial con los EEUU, ambos podrían utilizarse juntos", concluye Diggle.

LAS MEDIDAS NO SON SUFICIENTES

Julien Pierre-Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, señala que muchos inversores esperaban un recorte de los tipos o al menos un indicio de ello, lo que se excluye de la mención de los tipos 'en los niveles actuales', "de ahí la reacción del euro y los rendimientos de los bonos".

Para Philippe Waechter, de Ostrum AM, el nivel de previsiones económicas y sobre la inflación que maneja el BCE "no es satisfactorio", por lo que "no se entienden" las medidas anunciadas este jueves. En su opinión, la zona euro "no ha podido amortiguar el impacto negativo externo" del proteccionismo aplicado por EEUU y de la incertidumbre sobre el Brexit.

Su conclusión es que "si todavía hay margen de maniobra en el ámbito de la política monetaria, esto significa que la postura actual es demasiado estricta". Por ello, considera que la "orientación actual sobre futuras medidas de política monetaria no es suficiente para revertir esta tendencia" y "son necesarias" más medidas que, por ahora, Draghi se resiste a tomar.

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