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Christine Lagarde sucederá a Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo

Christine Lagarde ha aceptado el gran reto de suceder al carismático Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE). La actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) no aparecía en las quinielas (ella misma se había descartado) debido a que no cumple con una de las leyes 'no escritas' para acceder a este cargo, ya que no cuenta con una amplia experiencia en política monetaria como banquera central.

Su marcado perfil político (fue ministra de Economía en Francia durante la presidencia de Nicolas Sarkozy y una de sus más estrechas colaboradoras) ha quedado un tanto atenuado tras su etapa institucional al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI), un organismo al que ha lavado la imagen desde 2011 tras el gran escándalo que protagonizó su predecesor en el cargo, Dominique Strauss-Kahn.

"Esperamos que Lagarde adopte una postura acomodaticia mientras presiona a las autoridades fiscales de los gobiernos para que jueguen un papel más activo en promover el crecimiento en la zona euro", han señalado los expertos de Evercore ISI. "Además, pensamos que apoyará los últimos estímulos que aplicará Draghi antes de su despedida en septiembre", añaden.

Una de las principales preocupaciones del mercado se debe precisamente a su falta de experiencia en política monetaria. "El sucesor de Draghi debería ser alguien que tenga mucha habilidad para pensar en nuevas formas de implementar y diseñar políticas monetarias", ha señalado a Bloomberg John Normand, estratega de JPMorgan. "Me preocuparía si el próximo presidente del BCE es alguien que no tiene mucha experiencia en política monetaria", ha añadido antes de conocer el nombre de Lagarde.

En este sentido, Mario Draghi se ha convertido en un banquero central que pasará a la historia por aquella célebre rueda de prensa en la que prometió hacer todo lo que fuera necesario para salvar al euro durante la crisis de deuda que asoló la zona euro en 2012. “El BCE hará lo necesario (whatever it takes) para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”, sentenció Draghi en julio de 2012.

Y los mercados le creyeron. Y la zona euro superó la crisis. Por ello, Lagarde deberá trabajar muy duro hasta su nombramiento para que sus palabras suenen tan convincentes como han sonado las del banquero central italiano en los últimos años. Además, se enfrenta a un periodo de alta incertidumbre, en el que el mercado ha comenzado a perder la confianza hasta en el propio Draghi, debido a su incapacidad para generar inflación en la eurozona.

Desde Pantheon Macroeconomics, afirman que "Lagarde no tiene experiencia formal en política monetaria, lo que significa que se enfrenta a una fuerte curva de aprendizaje cuando se trata de la comunicación a menudo delicada entre los mercados y los banqueros centrales. Esto es algo que los inversores deberán tener en cuenta en sus primeras intervenciones públicas".

Para estos expertos, su nombramiento supone una "continuidad" con las políticas aplicadas por Draghi, aunque añaden que está "heredando" el incumplimiento del BCE con su objetivo de inflación y una zona euro donde todavía queda muy lejos la unión bancaria y la armonización fiscal. En este sentido, consideran que "la influencia política" de Lagarde puede suponer un aliciente para profundizar en estos aspectos, en los que Draghi ha tenido escasa influencia.

En su opinion, su mayor desafío en sus primeras ruedas de prensa será "reiterar el uso agresivo de la orientación a futuro que ha utilizado Draghi o clarificar si favorece una posición diferente sobre los tipos de interés negativos; y al mismo tiempo si está dispuesta a utilizar todas las herramientas disponibles para impulsar la inflación hacia el objetivo del 2%". Por ello, consideran que "su relativa inexperiencia como comunicadora es un riesgo, debido al nivel y los recientes movimientos en los bonos".

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