El empresario Arturo Fernández ha justificado los gastos que realizó con su ‘tarjeta black’ de Caja Madrid en sus propios restaurantes “porque son más baratos y porque son míos”. El expresidente de CEIM ha declarado este miércoles como imputado en la pieza separada del ‘caso Bankia’ que investiga las tarjetas opacas de directivos y consejeros.
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Fernández ha asegurado que se trataba de una “tarjeta transparente”, ya que la entidad conocía todos sus gastos. Según Europa Press, que cita fuentes jurídicas presentes en la declaración, El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha preguntado por los gastos en sus propios restaurantes, que superan los 10.000 euros, y si conocía el Grupo Cantoblanco.
“Es de mi propiedad”, ha respondido el empresario, que ha asegurado que “las relaciones institucionales que tenía las hacía en mis restaurantes y luego periódicamente hacía una liquidación con mi cuenta personal”. “¿Y así redondeaba la cuenta?”, ha preguntado el magistrado, a lo que Fernández ha respondido afirmativamente.
"Las relaciones institucionales las hacía en mis restaurantes y periódicamente hacía una liquidación con mi cuenta personal"
Arturo Fernández gastó un total de 37.300 euros con esta tarjeta durante su etapa como consejero de Caja Madrid. De esta cantidad, 10.500 euros corresponden a gastos en sus propios restaurantes. Andreu se ha interesado por un cargo realizado en navidad a la una menos diez de la madrugada. “Supongo que sería la chica que hace la cuenta”, ha explicado el empresario.
El expresidente de la patronal ha insistido en que la visa era para “gastos personales” y que estaba convencido de que no tenía que declarar a Hacienda porque la entidad se encargaba de la tributación.
El fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón no ha pedido fianza para Fernández porque ha devuelto los importes que había gastado, aunque ha pedido que estas cuantías se tengan en cuenta para las indemnizaciones por responsabilidad que se podrían fijar en una futura sentencia.
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LOS EXCONSEJEROS DECLARAN
Este miércoles han declarado siete de los exconsejeros de Caja Madrid imputados en la causa por las tarjetas opacas al fisco que tenían los consejeros de la entidad. La exconsejera Carmen Cafranga, que cargó 175.200 euros, ha aprovechado su comparecencia para denunciar el “enorme trastorno y desgaste” sobre su reputación a raíz de su imputación en esta causa.
Por su parte, el exconsejero Luis Blasco ha explicado que siempre entendió que la tarjeta era de “libre disposición”, en línea con la declaración de Cafranga, que asegura que siempre pensó que la tarjeta era para “gastar en cualquier cosa”. Blasco ha indicado que las visas se ofrecían a los consejeros porque no tenían “apoyo de ningún tipo, ni teléfono, ni secretaria, ni despacho”.
Javier López, que cargó 34.800 euros, ha reconocido que actuó con un “exceso de confianza” porque no era consciente de que las cuantías gastadas no se declaraban a Hacienda. “Es evidente que algo he hecho mal”, ha señalado, para recordar a continuación que ha devuelto los gastos y ha regularizado su situación fiscal.
En total son 27 los consejeros que han declarado esta semana ante el juez Andreu. Están imputados por un delito de administración desleal por autorizar el uso de las tarjetas y otro de apropiación indebida.
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