• Conviene evitar portarse como John Travolta
  • El discurso ha dejado de ser estático para ser algo más activo
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La ceremonia de los Premios Oscar es uno de los eventos que más acapara la atención mediática desde todo el mundo. El escenario del Teatro Dolby se convierte en el foco de todas las miradas y sobre esta superficie se producen algunos de las mejores lecciones sobre relaciones públicas que se pueden encontrar. Y este año no ha sido diferente. En el evento conducido por Neil Patrick Harris, numerosos artistas y referentes de la industria de Hollywood han dado buena cuenta de su control de la materia.

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El portal digital PR Daily ha analizado las actuaciones de todas las personas que intervinieron en la gala para elegir cuáles han sido las que se constituyen como verdaderas lecciones en las relaciones públicas, tanto para grandes audiencias como para un número de receptores más pequeño.

1- Es imposible hacer feliz a todo el mundo:

Patricia Arquette, ganadora del Oscar a mejor actriz por 'Boyhood' revolucionó la gala con unas declaraciones en las que reclamaba la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Estas palabras pillaron a más de uno por sorpresa y se convirtieron en una de las anécdotas de la noche. Pero tras la intervención de la actriz se esconde una de las grandes lecciones sobre relaciones públicas que dejó la gala, y es que no se puede contentar a todo el mundo.

2- Pedir a la audiencia que participe:

El avance de las tecnologías ha transformado la forma de entender la comunicación. Antes, los discursos eran algo estático en los que un emisor hablaba para un auditorio que escuchaba atentamente. Pero ahora la cosa ha cambiado y el discurso se ha vuelto en algo dinámico en el que el público también interviene.

Durante los Premios Oscar de 2014 se publicaron más de 11 millones de tuits. Este hito se logró gracias al 'selfie' de DeGeneres en el que pidió a los usuarios de Twitter que compartieran la imagen. Este año, sin que se haya producido algo similar, la cifra se ha reducido hasta los 5,9 millones de tuits.

3- Conocer los límites:

El artículo de PR Daily pone a John Travolta como ejemplo de este punto. El actor llevó al máximo su capacidad de gastar bromas con actitudes como enrollarse en torno a Scarlett Johansson, estropear fotos ajenas o hacer vivir una situación incómoda a Idina Mezel.

Pero en este punto habría que tener en cuenta que para las personas influyentes no todos los tipos de publicidad son buena publicidad. Lo que consiguió Travolta con su actuación durante la ceremonia fue convertirse en el protagonista de numerosos chistes y memes en las redes sociales.

4- La publicidad en los grandes eventos:

La ceremonia de los Oscar no es el lugar ideal para que las marcas hagan publicidad de sus productos siguiendo los patrones clásicos. Este hecho se aprecia en que durante la gala numerosas marcas se dedicaron a tuitear mensajes en los que situaban a sus productos por las nubes, llegando incluso a intentar hacer sobra a las grandes estrellas de Hollywood.

Pero la clave que se esconde en esta conducta es que el mensaje publicitario lo dominará la compañía que sea capaz de lanzar el mensaje más creativo sin buscar convertirse en la estrella de la fiesta. Este ejemplo se aprecia muy bien en el tuit que no tardó en expandirse por las redes en las que aparecen varios oscars construidos con Lego.

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