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Lingotes de oro.POLYMETAL - Archivo

El oro rompió la semana pasada sus máximos históricos y ha seguido escalando incansable por encima de los 2.180 dólares (ahora cotiza en 2.186).

Este logro ha sido impulsado por la creciente demanda del metal, considerado un activo refugio en tiempos de incertidumbre económica y política. "La confianza en el oro como reserva de valor se ha visto reforzada por especulaciones sobre posibles recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos y la actual volatilidad geopolítica", afirma Antonio Ernesto Di Giacomo, analista para Latinoamérica de xs.com.

La política monetaria de la Reserva Federal ha sido un factor determinante en el auge del precio del oro. Las especulaciones sobre posibles recortes en los tipos de interés han llevado a los inversores a buscar refugio en activos más seguros, como el oro.

Durante su testimonio semestral del pasado miércoles ante el Congreso, Jerome Powell, presidente de la Fed, fue muy cauto y dejó al mercado bastante frío. Sin embargo, el jueves, ante el Comité Bancario del Senado, sugirió que el banco central está cerca de obtener la confianza necesaria para comenzar a reducir los tipos de interés. "Cuando tengamos esa confianza, y no estamos lejos de ella, será apropiado comenzar a reducir el nivel de restricción", afirmó.

De manera similar, la incertidumbre generada por las próximas elecciones en Estados Unidos ha aumentado la demanda del metal amarillo, ya que los inversores buscan protección contra posibles cambios políticos y sus impactos en los mercados.

La pasada semana, Donald Trump arrasó en el 'Supermartes' de primarias al otro lado del Atlántico. El jueves, 7 de marzo, Joe Biden ofreció su discurso sobre el Estado de la Unión y arremetió contra el expresidente. Ambos se disputarán la presidencia de Estados Unidos el próximo 5 de noviembre.

"La debilitación del dólar también ha contribuido a impulsar el precio del oro. La depreciación de la moneda estadounidense ha hecho que el oro sea más atractivo para los inversores extranjeros, impulsando aún más su demanda y, en consecuencia, su precio", agrega Di Giacomo.

De igual manera, las tensiones en Oriente Medio, particularmente la confrontación en curso entre Israel y Hamás, han aumentado el riesgo geopolítico y han llevado a los inversores a buscar refugio en activos más seguros.

Ned Naylor-Leyland, gestor de inversiones, oro y plata de Jupiter AM, añade un otro factor, la acumulación soberana de oro, a los elementos que han hecho escalar al metal precioso hasta nuevos máximos de todos los tiempos. "Los bancos centrales globales compraron 1.037 toneladas durante 2023, el segundo total anual más alto registrado".

"Los datos muestran que China ha estado aumentando sus compras de oro desde principios del año pasado; probablemente el banco central quiera diversificar sus tenencias en dólares y las familias ciertamente quieran buscar refugio en medio del colapso del mercado inmobiliario", añade al respecto Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank.

A TIEMPO DE SUBIR AL CARRO

La pregunta que surge ahora es si, quien se plantea comprar oro en este momento, está acertando o está llegando demasiado tarde.

Los expertos técnicos de Bolsamanía creen que "seguirá subiendo a corto, al menos, hasta los 2.300 dólares", y ven adecuado invertir en el momento actual, aunque indican que tal vez sea mejor esperar a ver una pequeña corrección tras el último rally.

"No es mal momento para comprar, aunque también se puede esperar a una corrección porque se podría tomar un respiro tras tocar máximos. Un posible nivel más ideal para entrar podrían ser los 2.100 dólares".

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Gráfico del oro.

El oro se revaloriza un 6% en lo que llevamos de marzo. Desde los mínimos de octubre del año pasado, acumula alzas del 20%.

"La pregunta es, ¿podría la subida extenderse más allá de 2.200? Sí, podría", afirma por su parte Ozkardeskaya. "El precio del oro ajustado a la inflación está por debajo del pico de 2020, que sería de 2.323 dólares si el precio se ajustara a la inflación actual. En 2011, el oro se negociaba a 2.581 dólares y en 1980, el precio de una onza superó los 3.000 dólares en términos ajustados a la inflación. Nunca hay un límite superior cuando la gente quiere comprar. Pero cualquier retroceso en las expectativas de la Fed podría enfriar los aumentos de precios a corto plazo", advierte la experta.

Di Giacomo espera que esta tendencia alcista continúe a corto plazo (...). "Como activo refugio, el oro sigue siendo una opción atractiva para inversores que buscan protección y estabilidad en tiempos de incertidumbre", sentencia .

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