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Petróleo DAVID MCNEW - Archivo

La escalada del petróleo continúa. Tanto el crudo de calidad Brent, de referencia en Europa, como el West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, han subido este miércoles, manteniendo las alzas que registraron el martes y que les ha llevado a tocar máximos de 10 meses. Los temores sobre la oferta han propiciado esta situación, y es que tanto la OPEP como Estados Unidos esperan un importante déficit de barriles en lo que resta de año.

El Brent y el WTI han llegado a subir este miércoles un 0,3%, aunque finalmente han moderado el avance, lo que les ha llevado a cotizar en 92,13 y 88,79 dólares respectivamente. Lo hacen tras el fuerte avance del martes, después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) haya dicho que espera un déficit de 3,3 millones de barriles por día en el cuarto trimestre, tras prorrogar Arabia Saudí y Rusia sus recortes voluntarios a la producción hasta finales de año (sería, si se cumple, el mayor en más de una década), mientras que la Administración de Información Energética (IEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos espere un déficit algo más modesto, de 230.000 barriles.

El Brent ha escalado hasta situarse en su nivel más alto desde noviembre de 2022 porque "el déficit de petróleo del próximo trimestre es obviamente una preocupación mayor" para los inversores, comenta Ipek Ozkardeskaya, analista senior en Swissquote Bank. Esta experta se pregunta cuál es el potencial alcista de los precios del petróleo, y apunta que "en el actual entorno inflacionista, el repunte no debería prolongarse demasiado, y los precios difícilmente podrían mantenerse de forma sostenible por encima de los 90 dólares por barril".

Bajo su punto de vista, "la subida de los precios del petróleo provoca un aumento de la inflación y de las expectativas de inflación, lo que alimenta las políticas de línea dura de los bancos centrales mundiales y aumenta las probabilidades de recesión". Y las probabilidades de recesión "pesan sobre las perspectivas de la demanda, por lo que deberían poner en peligro el repunte del petróleo en algún momento", comenta.

En cualquier caso, afirma que las grandes petroleras son, sin embargo, una "apuesta más segura para los inversores en energía", ya que en primer lugar, "se benefician inmediatamente de la subida de los precios del petróleo, tienen jugosas rentabilidades por dividendo, y anuncian regularmente recompras de acciones cuando ganan mucho dinero en efectivo"; y en segundo lugar porque, "aunque suene mal, serán las que puedan hacer que la transición energética se produzca efectivamente a gran escala".

Pero además de las previsiones de la OPEP y EEUU, en el ánimo inversor también pesa la creciente preocupación del mercado por las posibles interrupciones del suministro debidas a las catastróficas inundaciones en Libia. "Las graves inundaciones en Libia, que han causado daños en numerosos puertos e infraestructuras, han desbaratado la capacidad del país para exportar petróleo", afirma Stephen Innes, socio gestor de SPI Asset Management, que cree que se ha creado el cóctel perfecto que ha "acentuado la dinámica alcista" del petróleo.

Sobre Libia, Naeem Aslam, director de inversiones de Zaye Capital Markets, dice que aunque "es cierto que la producción de petróleo de Libia no es significativa", los operadores, "son más sensibles a la oferta, y esto les mantiene muy nerviosos".

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