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REUTERS/Ahmed Jadallah

El petróleo cae un 5% (Brent: $65,85; West Texas: $60,15) después de que Arabia Saudí haya confirmado que normalizará su producción de petróleo en un plazo de dos o tres semanas. El ministro saudí de Energía, Abdulaziz bin Salman, ha señalado en rueda de prensa que esperan recuperar toda la producción a finales de septiembre.

Funcionarios saudíes habían confirmado anteriormente que la caída de la producción, calculada en unos 5,7 millones de barriles diarios (casi la mitad del principal productor de crudo) está cerca de ser parcialmente restaurada al 70%.

La previsión de restaurar el 100% de la producción en dos o tres semanas es un periodo de tiempo mucho más corto del inicialmente calculado (en la jornada del lunes se hablaba de varios meses).

Anthony Cordesman, experto del Centro para los Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés), comenta que "el desafío más serio es cómo detener futuros ataques de este tipo". En su opinión, puede que Irán no haya ejecutado técnicamente los ataques, "pero es extremadamente dudoso que los hutíes los hayan ejecutado sin la asistencia iraní".

Para Cordesman, puede ser imposible determinar la autoría precisa de este ataque, pero en cualquier caso Irán puede utilizar esta estrategia de ataque indirecto como "un plan de bajo coste para provocar daños graves" a sus enemigos, en este caso Arabia Saudí y su gran aliado, EEUU.

En este escenario, Washington y Riad "tienen la capacidad de tomar represalias contra Irán y los hutíes", pero atacar directamente al régimen persa sin tener pruebas directas de su autoría "no tendría el apoyo de Naciones Unidas". Por ello, Cordesman considera que Irán "es el principal desafío", ya que cualquier escalada del conflicto que se tradujera en ataques directos puede provocar un impacto muy importante "en las exportaciones e importaciones de petróleo" en el Golfo Pérsico.

Remi Olu-Pitan, gestora de Schroders, afirma que el ataque "pone de relieve la fragilidad de la infraestructura de producción de petróleo de Arabia Saudí". Por ello, el mayor riesgo es que surjan nuevas tensiones geopolíticas en la región del Golfo Pérsico que "puedan tener un impacto mucho más generalizado en el suministro de petróleo en el futuro".

Por su parte, Nitesh Shah, director de análisis en WisdomTree, comenta que el impacto para la producción de crudo es elevado, pero añade que "las ramificaciones políticas son mayores". Según este analista, "la prima geopolítica en el petróleo subirá a medida que el riesgo de intervención militar en la región aumenta día a día".

Por último, Ranko Berich, jefe de análisis en Monex Europe, recuerda que los shocks del petróleo a menudo anticipan crisis económicas globales. Y añade que los ataques "tendrán dos consecuencias para los mercados financieros y la economía global: el shock inmediato del precio del petróleo, que ya se ha producido; y el coste a largo plazo del aumento de las tensiones entre EEUU e Irán o incluso un posible estallido de conflicto en el Golfo Pérsico".

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