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La reunión de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) de esta semana -cuyas conclusiones se esperan para este viernes, aunque podrían adelantarse- ya se cataloga como una de las más importantes y complicadas de los últimos tiempos.

Gracias a las filtraciones y a la declaraciones cruzadas, tan habituales en esta cita, las apuestas se inclinan ahora por un acuerdo entre los miembros del cártel. Sin embargo, hay quien no descarta que se repita lo visto en junio de 2011, cuando éstos no fueron capaces de llegar a un consenso.

El contexto es fundamental para entender el devenir de este encuentro que, no hace muchos meses, se veía casi como un 'trámite' y para el que se esperaba que la OPEP -junto a otros grandes productores, con Rusia a la cabeza- mantuviera su acuerdo para restringir la producción que se extiende ya durante 18 meses.

Irán "está en modo negociación nuevamente" y sabe que la administración de Donald Trump debería estar prestando atención a su decisión

Lo que ha ocurrido en los últimos tiempos, fundamentalmente, es que Donald Trump ha roto el acuerdo nuclear con Irán y ha restablecido las sanciones sobre el país, unas sanciones que suponen restricciones en la producción de crudo de éste. Desde el pasado 8 de mayo, cuando se conoció la noticia, y hasta finales de ese mes, el crudo (barril Brent) subió un 6% y tocó máximos anuales (pasó de los 76 dólares a los 80,50 dólares). Coincidiendo con estas subidas, comenzaron las advertencias de expertos, organismos... alertando sobre el impacto de los fuertes precios del crudo en la demanda y la economía mundiales.

La OPEP se ha reunido en medio de esta convulsa situación y todo parece indicar que su decisión, comandada por Arabia Saudí y por Rusia (que, aun no siendo miembro del cártel es un actor indispensable), será aumentar la producción. Se especula con que ese incremento será de 1,5 millones de barriles diarios, y a esto se han opuesto abiertamente Irán, Venezuela -también castigado por las sanciones de Estados Unidos- o Irak, alegando que Arabia Saudí y Rusia están 'haciendo el juego' a Trump y refrendando sus sanciones si deciden aumentar la producción para dar un respiro a los precios.

El petróleo ha estado muy nervioso a lo largo de toda la semana. Tras arrancarla en mínimos de dos meses (el Brent) y en mínimos de casi tres (el West Texas), el crudo ha vivido idas y venidas a lo largo de estas últimas sesiones. Un acuerdo para aumentar la producción traería, previsiblemente, caídas en el precio del petróleo (al cierre del mercado el Brent ha caído un 2,03%, hasta los 73,14 dólares, mientras el West Texas ha reducido las caídas hasta el 0,26%, en los 65,54 dólares).

"Los precios del petróleo están reaccionando a las señales de que Irán podría respaldar un pequeño aumento en el suministro de la OPEP. Si Irán termina respaldado el recorte en el suministro de la OPEP, esta sería una señal importante para Estados Unidos", indica Naeem Aslam, responsable de análisis de ThinkMarkets. Aslam analiza esta posible decisión y precisa que Irán "está en modo negociación nuevamente" y sabe que la administración de Donald Trump debería estar prestando atención a lo que haga. "Los inversores tampoco deberían ignorar este señal tampoco. (Si Irán decide adherirse al acuerdo de aumentar la producción), la administración de Trump podría terminar abriendo nuevamente la puerta de las negociaciones para llegar a un nuevo trato", explica este experto.

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