• Se podría dar un aplazamiento del acuerdo y una extensión de la asistencia financiera
  • Que el FMI se quede fuera de la asistencia es impensable para el Gobierno alemán
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La escalada de hostilidad del Gobierno de Alexis Tsipras, que se ha propuesto batallar hasta el final para conseguir -o intentarlo- mejores condiciones para Grecia ante la extensión de la asistencia financiera, se ha dirigido específicamente hacia uno de sus acreedores: el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hasta tal punto ha llegado el cruce de declaraciones que Tsipras ha reclamado responsabilidad criminal a la entidad que dirige Cristine Lagarde en la situación del país y se rumorea que el FMI se podría quedar fuera del próximo tramo del préstamo.

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Revisa José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, esta situación y destaca que el mayor punto de conflicto entre Grecia y el FMI es en cuanto al ajuste de la deuda -una quita de la misma. En este sentido, señala que “es llamativo como el FMI se muestra cada vez más de acuerdo en que el ajuste de la deuda es (será) imprescindible para el futuro. En esto coincide precisamente con las autoridades griegas, aunque estas se inclinan por aplicarlo lo antes posible para ‘no comprometer el futuro económico’. Naturalmente, difieren en los ajustes fiscales y reformas de pensiones/empleo”.

El FMI se muestra cada vez más de acuerdo en que el ajuste de la deuda es (será) imprescindible para el futuro

Así, la entidad supranacional es partidaria de este ajuste, pero pide medidas suicidas. Mientras, califica a las autoridades europeas como más flexibles con respecto a las medidas de ajuste pero rígidas a la hora de debatir ajustes de deuda, explica Campuzano. Recuerda el analista los antecedentes que han desembocado en la situación actual entre el Fondo y el Gobierno de Syriza: “El FMI ha mostrado en el pasado reciente su disconformidad sobre el desarrollo de la asistencia al país, en parte por no liderar las condiciones de la asistencia y en parte por el incumplimiento de las contrapartidas, pero también porque desde hace tiempo también alude a la necesidad de reducir el tamaño de la deuda”.

También porque “el FMI paró la negociación con el Gobierno griego (más tarde su portavoz aclaró que no hubo tal interrupción, pero sí se ha pasado a una negociación telemática y no tanto presencial) ante la falta de avances con respecto a las reformas y ajustes pendientes, especialmente en impuestos, pensiones y mercado de trabajo”, pone de relieve el experto de Citi. Y añade Campuzano: “El Gobierno griego ha rechazado las medidas de austeridad, considerándolas fracasadas no sólo en Grecia sino también a nivel mundial. Y naturalmente hace al FMI responsable de este fracaso”.

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Naturalmente, Campuzano destaca que “el Gobierno griego quiere lo mejor de estas propuestas: reestructuración de la deuda con ajustes mínimos o directamente inexistentes”. La solución en este escenario, para el analista, podría pasar por “aplazar el debate sobre la deuda, al mismo tiempo que se busca un acuerdo en los ajustes y reformas. De hecho, lo más sencillo sería simplemente aceptar que estos se van a producir en el futuro”.

La solución: aplazar el debate sobre la deuda, al mismo tiempo que se busca un acuerdo en los ajustes y reformas

LA ÚLTIMA PROPUESTA DE LOS ACREEDORES

El último paquete de medidas que el FMI, junto a la Unión Europea y el Banco Central Europeo, pusieron sobre la mesa, recuerda el analista de Citi que pasaba por dar dos años más de plazo para alcanzar el objetivo del superávit primario de medio plazo en niveles del 4.5%, bajando el nivel necesario para este año desde el 3 % que mencionaba antes hasta el 1 %. Y complementándolo con reformas más limitadas a lo acordado en principio. Naturalmente, el Gobierno griego debería ser capaz de ofrecer garantías y mayor firmeza para conseguir los nuevos objetivos.

En concreto, se pedían decisiones sobre el IVA y recorte en pensiones. Los salarios y pensiones públicas suponen el 75 % del gasto primario; hablar de ajustes y obviar esto no hace creíble ningún acuerdo que propongan las autoridades griegas. Y no son estos momentos para no ser creíbles, tanto a nivel doméstico como internacional.

EL FMI FUERA DE LA ECUACIÓN

“¿Un aplazamiento del acuerdo y extensión del Segundo rescate?”, se pregunta de manera retórica el estratega de Citi. Recuerda que hemos escuchado esta posibilidad, a través de rumores. Rumores hace una semana desde los acreedores europeos y ayer mismo desde fuentes griegas. Pero, esto, “siendo muy complicado para las autoridades europeas, sería casi imposible de aprobar por el FMI que no responde a factores políticos y si a criterios técnicos”, asegura Campuzano.

De ahí que apunte a que el FMI podría quedarse fuera de la asistencia, algo impensable para el Gobierno alemán. “Con todo, ya hemos comentado la flexibilidad de la clase política cuando hay necesidad de ser flexible. Quedarse fuera no significa recuperar ya su aportación (un tercio del total) como no proporcionar más financiación. ¿Y quién pondría el dinero en ese caso? Les dejo que lo adivinen”, concluye Campuzano.

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