les ventes de champagne se reprennent apres deux ans de crise

Francia ha decidido que acudirá a la Organización Mundial de Comercio (OMC) si el gobierno ruso continúa rechazando las importaciones de champán. Según ha declarado el país galo la nueva ley soviética intenta socavar su marca de fama mundial.

Las autoridades rusas han sacado adelante, desde inicios de esta semana, una legislación para que los productores de "champagne" cambien el nombre su producto, sustituyéndolo por "vino espumoso" en sus botellas. Ese mismo estatuto recoge que el champán soviético se clasifique de la misma manera.

Charles Goemaere, director general del Champagne Committee, ha declarado que esta medida supone, en la práctica, no poder exportar el producto a Rusia ya que cambiar las etiquetas de las botellas, las cuales están apunto de enviarse, sería un desafío técnico y económico, según recoge la CNBC.

Solo el año pasado, los productores vendieron champán por valor de 2.600 millones de euros. Sus principales compradores fueron Reino Unido, Estados Unidos y Japón, mientras que el país soviético fue solo su décimocuarto importador mundial.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ha afirmado que están "esperando llegar a un acuerdo. Y ha añadido que "en caso contrario, llevaremos el asunto ante la OMC y la UE. Más allá de la cuestión bilateral, se trata de una cuestión de principios: no es posible aceptar las violaciones de las reglas comunes de la OMC".

"El nuevo proyecto de ley de Rusia está, por supuesto, diseñado para apoyar a los productores nacionales” explicaba Fredrik Erixon, director del Centro Europeo para la Economía Política Internacional (ECIPE) a la CNBC. Erixon ha señalado que lo que pretende el Gobierno de Putin es "defender" y "proteger" la producción vitícola nacional. Con ello, el país soviético ha pretendido realzar el llamado champán de Stalin, 'Sovetskoye Shampanskoye', como gesto patriótico.

No obstante, Erixon añadía que "a menos que se encuentre pronto una solución bilateral, estoy seguro de que la UE presentará una queja. La protección de las indicaciones geográficas es un pilar central de la política comercial de la UE y existe el riesgo de que otros países sigan el ejemplo de Rusia si se mantiene".

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