El Banco Central Europeo no aceptará como garantía la deuda de Grecia en sus operaciones de liquidez. “La decisión del Consejo de Gobierno se basa en el hecho de que no es posible asumir una conclusión exitosa de la revisión del programa y está en consonancia con las normas existentes en el Eurosistema”.

El BCE ha dejado de aceptar la deuda griega como colateral en sus operaciones ordinarias, con las que la banca griega obtiene 3.500 millones de euros de liquidez.

La decisión aboca a las entidades helenas a buscar esa financiación extra en las líneas de liquidez de emergencia.

Además del impacto financiero, esta acción del BCE, que llega justo después de que Varoufakis se haya reunido con Mario Draghi, es un mensaje al nuevo Gobierno griego, que quiere limitar la satisfacción de los compromisos adquiridos por los ejecutivos anteriores a cambio de un rescate de 240.000 millones de euros y 50.000 millones de euros en bonos comprados por el BCE.

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El Consejo de Gobierno de la institución ha adoptado esta medida al comprobar que Grecia no está dispuesta a cumplir con las condiciones del programa de rescate que suscribió y que expira el próximo 28 de febrero.

Como la deuda helena tiene ráting de bono basura, el BCE no puede asumirla como garantía. La única excepción permitida por Fráncfort para admitir deuda con ese ráting crediticio es que el país esé dentro de un programa de rescate. Pero Yanis Varoufakis, nuevo ministro de Finanzas griego, dijo el viernes pasado que no iba a pedir una prórroga para evitar la salida del programa actual.

BCE: "en estos momentos no es posible asumir una conclusión exitosa de la revisión del programa".

"Esta excepción permitía que estos instrumentos fueran usados en las operaciones de política monetaria del eurosistema a pesar de que no cumplen con los requisitos mínimos de calidad crediticia", continúa el BCE.

La decisión, afirma, "se basa en el hecho de que en estos momentos no es posible asumir una conclusión exitosa de la revisión del programa y está en línea con las reglas vigentes del Eurosistema".

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El BCE concluye el comunicado afirmando que las necesidades que a partir de ahora tengan los bancos griegos "pueden ser satisfecha por el banco central nacional relevante mediante la asistencia de liquidez de emergencia, teniendo en cuenta las reglas del Eurosistema".

Estas reglas indican que aunque el Banco Central de Grecia podrá administrar esas líneas de emergencia, una decisión por mayoría de dos tercios del Consejo de Gobierno del BCE puede cerrarla en cualquier momento.

De este modo, aquellas entidades que carezcan del colateral suficiente según los criterios del BCE podrán atender sus necesidades de liquidez a través de la línea de asistencia de emergencia (ELA) a través del respectivo banco central nacional y en el marco de la regulación del Eurosistema.

La decisión del Consejo de Gobierno del BCE, que recuerda a la adoptada por la institución en febrero de 2012, condena a los bancos griegos a depender de la liquidez de emergencia facilitada por el Banco de Grecia. Esta línea de asistencia tiene un coste para las entidades sensiblemente superior al de los fondos proporcionados directamente por el BCE y debe ser sometida periódicamente a la autorización del resto de miembros del Consejo de Gobierno del BCE.

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