• El partido buscará volver al Gobierno aprovechando el espacio de centro-izquerda
  • Una parte importante de la militancia teme que el PSOE no sepa ser tercera fuerza política
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El último CIS dejaba al PSOE en una posición complicada. La formación, que siempre ha tenido un peso muy destacado en la política española, era sustituida por Podemos como segunda fuerza política a menos de un año de las próximas elecciones generales y con la primera cita electoral dentro de poco más de un mes. Este resultado ha sido interpretado de forma bien distinta en el seno del partido, ya que mientras parte de la militancia opta por el optimismo, otros sectores importantes ven una amenaza de dimensiones desconocidas desde que volviera la democracia.

Desde las filas socialistas se dibujan horizontes muy diferentes. Sectores de la militancia temen que el partido no sea capaz de sobrevivir a un escenario político en el que queden relegados a ser la tercera fuerza. Además, lamentan que las juventudes socialistas cada vez tienen menos afiliados y que la sociedad española está haciendo pagar con esta ruptura los errores del pasado. Errores que, advierten fuentes del partido, se siguen produciendo con decisiones como la de Pedro Sánchez de apoyar la firma del pacto antiterrorista.

Sectores de la militancia temen que el partido no sea capaz de sobrevivir a un escenario político en el que queden relegados a ser la tercera fuerza

LEGADO DE ZAPATERO

Así, desde el PSOE aseguran que no se consigue dejar atrás la mala imagen que dejó el Gobierno encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero, lo que está propiciando que numerosos votantes, desencantados con los socialistas, busquen refugio dando el salto al electorado de Podemos, partido al que muchos socialistas ven como “el verdadero enemigo”.

Esta división se manifiesta en la relación de su líderes, entre los que también se multiplican los discursos. De esta forma, el secretario general, Pedro Sánchez, “no habla” con su principal valedora y ahora rival por representar al PSOE en las próximas generales, Susana Díaz, quien le habría colocado en lo más alto de la dirección socialista con una maniobra destinada a demostrar su poder dentro del partido.

Sin embargo, hay otra facción dentro del PSOE que aboga por hacer una lectura más positiva del CIS. Este otro frente considera que la encuesta no refleja un resultado tan negativo como el que se ha leído en los medios y se ven capaces de llegar a las elecciones generales como primera fuerza política, o segunda en el peor de los casos.

LÍDER MÁS VALORADO

Este es el discurso que prolifera en torno a Pedro Sánchez, quien recibió una valoración del 3,68 -nota que solo supera la diputada de Geroa Bai Uxue Barcos-. Sin embargo, líderes como Pablo Iglesias o Albert Rivera no han sido valorados, ya que no ocupan un escaño en el Parlamento. Además, la valoración se hace sobre 10 puntos, entendiendo que el 'aprobado' para el electorado se podría fijar en el 5.

Pero estas consideraciones no amedrentan a esta parte del PSOE, que ha visto en el espacio de centro-izquierda la vía para volver a acceder a La Moncloa. Esta estrategia, señalan pretende ocupar el lugar perdido por el PP, que según el electorado ha dado un vuelco importante a la derecha, y del que Podemos todavía se encuentra muy alejado.

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