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Los escasos volúmenes en el mercado de las divisas fruto del período vacacional y la reducida liquidez de Japón, cuyos índices bursátiles han inaugurado 2019 este viernes, exacerbaron en la madrugada del jueves un ‘flash-crash’ de varias divisas -en especial del dólar-, contra el yen. En un abrir y cerrar de ojos, la divisa nipona se apreció un 3% contra el dólar y marcó un máximo de 10 meses que eleva su auge contra el ‘billete verde’ en 2019 al 4,5%. Y los expertos de Rabobank señalan que este acontecimiento no es más que el indicador de que en 2019 la demanda de activos seguros se mantendrá todo el año.

“El sesgo del mercado hacia el yen ha estado claro desde mediados del mes pasado”, señalan, y agregan que las malas noticias sobre Apple, que ha recortado sus expectativas de ingresos en el último trimestre del año, han disparado un movimiento que ha puesto de relieve “la ansiedad del mercado”. El descenso de la demanda en China está explícitamente ligado al ‘profit warning’ de la compañía de Cupertino, por lo que se trata de un “síntoma” de un mal mucho más profundo: el temor a la desaceleración del crecimiento en el gigante asiático.

“Los inversores ya se vieron sacudidos por las noticias de que el PMI manufacturero ha empezado a contraerse y sigue en la tendencia a la baja vista desde mediados de febrero”, recuerdan los expertos del banco holandés. Además, “los operadores están en alerta máxima por las perspectivas de expansión en EEUU y, más específicamente, por las proyecciones de subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) y de que estas hayan sido demasiado agresivas”, declaran.

A pesar de la orientación a futuro del mes pasado de la Fed de que estaban en camino de subir las tasas dos veces en 2019, los futuros de los fondos del banco central apuntan a una probabilidad del 91% de que los tipos terminen el año igual o por debajo de los niveles actuales, un gran contraste con la perspectiva del pasado mes de noviembre. “Este cambio en las previsiones del mercado con respecto a la Reserva Federal tiene implicaciones significativas para la perspectiva del dólar/yen”, asegura desde Rabobank.

2018 fue, sin lugar a dudas, un año sólido para el dólar, lo que sorprendió al consenso del mercado. La combinación del fuerte crecimiento de los EEUU, como resultado de la política fiscal del presidente del país, Donald Trump, y la expectativa de las subidas de tipos de la Fed fue crucial para impulsar el dólar. El flujo constante de aumentos en las tasas de la Reserva Federal en los últimos años ha estado en contraste con el resto de países del G10, lo que ha dotado al dólar con un rol de moneda segura, especialmente durante la primavera y el verano pasados, cuando los mercados emergentes se vieron fuertemente presionados.

Desde el inicio del mes pasado, el dólar se ha dejado más del 5% frente a su rival nipona, “ya que el mercado ha reconsiderado sus expectativas con respecto al crecimiento del país

Además, se vio que el crecimiento de los Estados Unidos era lo suficientemente fuerte como para absorber estas alzas de tasas sin asustar al mercado de valores, lo que sumó atractivo al dólar durante gran parte del año anterior. Entre fines de marzo y principios de octubre, el valor del S&P 500 aumentó alrededor del 13% al desacoplarse de los índices de los mercados emergentes. En consonancia, el dólar/yen subió un 9,55% en el mismo período. Diciembre, sin embargo, “trajo una fuerte reevaluación de la perspectiva para los activos estadounidenses”, comentan desde el banco de inversión con sede en Amsterdam. Desde el inicio del mes pasado, el dólar se ha dejado más del 5% frente a su rival nipona, “ya que el mercado ha reconsiderado sus expectativas con respecto al crecimiento del país”, indican, Tradicionalmente, el yen y el franco suizo son las monedas de refugio seguras preferidas del mercado y sin el acicate de las tasas más altas en los Estados Unidos, “es probable que el aura de refugio seguro del dólar se desvanezca este año”.

EL YEN GANARÁ AL FRANCO SUIZO

Pero la demanda de ‘safe havens’ se agudizará este 2019 y se verá alimentada “por los temores sobre las guerras comerciales y la desaceleración del crecimiento mundial”, aseguran desde Rabobank. Desde inicios de diciembre el yen ha sido la moneda con mejor desempeño del G10, con el franco suizo en el segundo lugar. “Si bien la sólida posición presupuestaria de Suiza significa que, en términos de papel, su moneda es el mejor refugio seguro, esperamos que el yen mantenga su liderazgo sobre el franco de Suiza este año”, declaran.

El Banco Nacional de Suiza mantiene la intervención de la moneda como una herramienta política. En contraste, como parte del G7, las autoridades japonesas se han comprometido durante muchos años a permitir que los mercados establezcan las tasas de cambio. “Dada nuestra expectativa de que la Fed probablemente subirá las tasas solo una vez este año y de que EEUU se enfrenta a una breve recesión técnica en 2020, buscaríamos vender el dólar/yen en las subidas y ubicamos cambio del dólar/yen alrededor de los 105,00 yenes a finales de año.

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