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El yen trata de consolidar sus recientes ganancias alrededor del nivel de 142,00 por dólar, tras el rally de la divisa nipona del jueves, animado por la primera intervención directa del Banco de Japón (BoJ) en el mercado monetario desde 1998. La medida ha taponado la sangría en la moneda, que se desplomó a nuevos mínimos de 24 años el jueves, hasta casi 146,00 por dólar, después de que el banco central confirmara que mantiene el rumbo de su política ultraflexible, pero los expertos coinciden en señalar que no es más que un parche temporal, ya que la debilidad del yen depende de los fundamentales y, en especial, de la fortaleza de un dólar que no da visos de agotarse.

A primera hora del jueves, la entidad que lidera Haruhiko Kuroda anunció que mantendrá la tasa de interés en los niveles actuales (-0.1%) por un tiempo prolongado. Dos horas después, el Gobierno japonés intervino en el mercado de divisas para vender dólares a cambio de yenes, con el fin de frenar las fuertes caídas recientes de la moneda japonesa, según declaró el jueves el principal responsable en materia de divisas, Masato Kanda. Esta acción sigue a otros intentos de apuntalar la moneda recientes, como un control del banco central sobre los tipos de cambio de divisas.

"Llama la atención que la intervención haya sido realizada en respuesta a la devaluación de la moneda japonesa producto de los anuncios de política monetaria del BoJ, como si la misma hubiera sido sorpresiva, con un banco central yendo a contramano del resto", comenta Adrián Aquaro, fundador de Trader College.

"El objetivo principal de esta intervención es frenar el ritmo de la depreciación, más que trazar una línea en la arena", comentan por su parte los analistas de Pantheon Macroeconomics. La política monetaria se mantendrá en su actual configuración acomodaticia, lo que, por otra parte, socava cualquier intento de defender un nivel para el yen. Por este motivo, cree Aquaro que "lo que debió hacer si buscaba no general el descalabro que durante todo el día reinó en los pares del yen es haber anunciado la tasa baja y la intervención en forma simultánea".

Los expertos creen que esta acción no será la última de estas características. "El silencio de los demás bancos centrales -hubo algún comentario tibio en la Fed- hace pensar que el BoJ puede devaluar las veces que lo considere necesario, lo cual puede mantener al yen en una suerte de limbo durante un tiempo prolongado", dice el experto de Trader College.

La última vez que Japón intentó apoyar un yen débil fue en 1998, durante la crisis financiera asiática. Ese esfuerzo fue finalmente exitoso, pero también fue apoyado por las autoridades estadounidenses y una respuesta mundial a la crisis. La situación esta vez es bastante diferente, ya que "la intervención monetaria japonesa se enfrenta a una batalla contra los fundamentales", explican desde Pantheon Macroeconomics. "La debilidad del yen es parte de una historia más general de fortaleza del dólar, amplificada en el caso de Japón por la política de control de la curva de rendimiento que amplía aún más el diferencial de los tipos de interés en relación con EEUU", agregan.

"Una acción en el mercado de divisas que no aborde este diferencial de tipos está condenada al fracaso, si el objetivo es lograr una apreciación sostenida de la moneda", sentencian. Por lo tanto, la finalidad del Gobierno nipón es "ralentizar el ritmo de depreciación, más que detenerlo por completo", lo cual es una tarea imposible para un banco central que actúa unilateralmente contra un contexto adverso.

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