El aumento del apetito por el riesgo que se deriva de la anticipación del fin de la guerra comercial entre China y EEUU ha asestado un golpe al dólar, que cae este jueves ante todos sus rivales. La moneda que más tajada ha sacado de este giro en el ánimo de los operadores es el euro, que busca repetir sus máximos semanales del miércoles.
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El avance de la divisa europea, que tocó los 1,1250 dólares, se ha visto frenado por el dato de pedidos a fábrica de Alemania, que se han desplomado un 4,2% en febrero. Este dato añade más motivos de preocupación sobre la economía de la primera potencia europea y empaña los recientes datos que habían mitigado los temores de ralentización de la Eurozona.
Precisamente, el pesimismo en torno al crecimiento de las potencias del euro arrastró a la moneda a su peor cambio desde los mínimos del 7 de marzo, el pasado martes. La divisa cayó brevemente por debajo de los 1,12 dólares y se aproximó a su peor cambio de 21 meses en los 1,1170 dólares.
No obstante, los expertos destacan que los PMI italianos han ofrecido un respiro a la moneda ya que enviaron "una señal inequívocamente positiva de que el país está saliendo de la recesión", indican desde MUFG Bank. "En contraste, los datos de Alemania no dejan de decepcionar", agregan.
Explican también estos expertos que la debilidad de la Eurozona no deja de alimentar la especulación de que el Banco Central Europeo (BCE) flexibilizará aún más su política económica. Toda la atención virará hacia la decisión de política monetaria de la entidad de la próxima semana, cuando se espera que el presidente del banco central dé detalles sobre sus planes para mitigar los efectos de los tipos negativos en los bancos europeos.
