ep billetes de dolares americanos
Billetes de dólares americanospicture alliance / dpa - Archivo

Los cortos en el dólar están preocupados. La divisa estadounidense ha ido acumulando posiciones bajistas desde marzo del año pasado de inversores que ahora se ven forzados a contener su nerviosismo por el rebote que el ‘billete verde’ ha experimentado en la última semana. La moneda ha dejado una corrección alcista de más del 1,5%, “proporcional a una oleada de ventas que fue rápida y furiosa a finales de 2020”, indican los expertos de Bank of América, lo que suscita las “dudas habituales” cuando se apilan demasiadas posiciones a un lado de la balanza. De hecho, algunas casas de inversión avisan de un estrangulamiento de estas operaciones pese a que, al mismo tiempo, redoblan sus apuestas sobre la prolongada debilidad de la divisa de EEUU.

“Somos bajistas en el dólar”, sentencian los analistas del banco estadounidense, pero explican que ahora tienen una aproximación más conservadora, ya que “la transición hacia un contexto en que la divisa se vea impulsada por factores estructurales y deje de lado los cíclicos tomara más tiempo” del que esperaban. “Las caídas que preveíamos en el índice del dólar no se han alcanzado todavía”, prosiguen, sin embargo, no todo es atribuible al dólar, sino a otros problemas en las monedas del G10 que tampoco se han comportado precisamente como cabía esperar.

Para empezar, el euro ha recuperado su “equilibrio a largo plazo” tras el último impulso despreciativo en el dólar. Sin embargo, inciden los analistas de Bank of America, “esto no sugiere necesariamente que el euro no esté sobrevalorado en base a los fundamentales actuales”. “Aunque la correlación de las divisas con los datos macro se ha roto durante la pandemia, la fuerza del euro/dólar en comparación con el crecimiento relativo del PIB es sorprendente”, prosiguen, y ponen especial acento en el papel que el Banco Central Europeo pueda tener en la moneda compartida este año, en especial la revisión estratégica del instituto emisor. Con todo, “no está claro en qué dirección impulsará a la divisa comunitaria”.

En cualquier caso, reconocen estos expertos que la apreciación del euro ha superado en casi un 2% sus estimaciones de noviembre. Mantienen, con todo, su apuesta por una divisa europea más fuerte aunque señalan que “será un camino accidentado dados los excesos recientes, así como los riesgos idiosincrásicos relacionados con la reintroducción de reglas fiscales”.

La libra, en cambio, “ha tenido un rendimiento inferior al estimado”, señalan, ya que es “evidente que su peor desempeño reflejó la prima de riesgo del Brexit durante las negociaciones de última hora que se produjeron hasta casi finales de año. “Lo que no está tan claro es si un trato es un trato, sin importar lo malo que sea, y garantiza que la libra “acabará por ponerse al día". “En nuestra opinión, probablemente no, especialmente a medio plazo donde las consecuencias económicas estarán asociadas a tasas persistentemente bajas del Banco de Inglaterra, con el potencial de entrar en terreno negativo”, arguyen.

En cuanto al yen, ha sido la divisa que más lejos se ha quedado de las previsiones de Bank of America. Pese a todo, una combinación del yen más el dólar de Singapur sigue siendo la operación favorita para el banco de EEUU a la hora de ponerse cortos en el dólar, que ven posibilidades de más rendimiento en las divisas asiáticas, al igual que los analistas de Oxford Economics. "Esperamos que la mayoría de las monedas asiáticas ganen frente al dólar de los Estados Unidos en 2021 y se apoyen en sólidas perspectivas de cuenta corriente en los próximos años”, sentencian los expertos de la Universidad de Oxford.

En 2020, la mayoría de las monedas asiáticas ganaron significativamente frente al dólar estadounidense en medio de la debilidad del dólar mundial, una tendencia por la que apuestan las principales casas de análisis. “Prevemos que sólo Australia e Indonesia tendrán un modesto déficit en cuenta corriente. Creemos que los superávits del Japón, Corea del Sur, Tailandia y, especialmente, Taiwán y Singapur serán sustanciales, lo que sugiere, en principio, una importante presión de apreciación”, explica Louis Kuijs, director de economía asiática de la entidad. “A más largo plazo, esperamos que continúe la apreciación del tipo de cambio real impulsada por el proceso de convergencia para las economías de los mercados emergentes de Asia, pero no para las economías desarrolladas”, redondea.

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