El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha impuesto controles de capitales para defender la aguda depreciación del peso y con el objetivo de contener la crisis económica de la tercera potencia de Latinoamérica. Las medidas, anunciadas este domingo, se centran en restringir la compra de moneda extranjera por parte de empresas y ciudadanos en un intento de reflotar la moneda local.
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El banco central de Argentina ordenó a los exportadores repatriar moneda extranjera de la venta de sus productos en los próximos cinco días, entre otras medidas. Las empresas requerirán la autorización del banco para comprar dólares en el mercado de divisas, excepto en los casos de comercio internacional. Por otra parte, se impondrá un límite a las compras en dólares por parte de los particulares argentinos de no más de 10.000 dólares al mes.
En un boletín oficial, el gobierno dijo que los controles de divisas eran necesarios "para garantizar el funcionamiento normal de la economía". El último movimiento sigue al anuncio sorpresa el miércoles de que Argentina buscaría diferir los pagos de aproximadamente 100.000 millones de deuda, que la agencia de calificación crediticia S&P clasificó como de incumplimiento según sus propios criterios.
Las medidas, que se mantendrán vigentes hasta fin de año, constituyen un giro sorprendente para el presidente Mauricio Macri con el que busca ganar una pequeña posibilidad de una reelección o al menos terminar el resto de su mandato al frente del Gobierno.
En un comunicado difundido posteriormente el domingo, el Fondo Monetario Internacional describió la medida como "gestión del flujo de capitales" y declaró que seguirá apoyando a Argentina "en estos tiempos difíciles".
En los últimos 12 meses (agosto 2018-agosto 2019) el peso argentino se ha devaluado un 53,76% frente al dólar. Entre enero y agosto de 2019, la situación no mejora, pues la pérdida ha sido del 37,53% y solo en agosto la devaluación ya asciende al 25,45%, según cifras de 'Bloomberg'.
