• El comercio minorista se frena en seco
  • Los sectores industriales del cemento y el acero, los más perjudicados
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El día a día de millones de pequeños comerciantes, transportistas, proveedores y cambistas de India se ha visto seriamente comprometido después de que las autoridades del país hayan decidido retirar de la circulación los billetes de 500 y 1.000 rupias para combatir el dinero negro. La decisión del Gobierno de Narendra Modi ha desatado una auténtica crisis de liquidez en un país en el que la mayor parte de los negocios se hacen en efectivo.

La medida, encaminada a combatir “la corrupción y el dinero negro”, que en palabras del primer ministro del país son “males enraizados (…) obstáculos para nuestro éxito”, se puso en marcha el pasado jueves 10 de noviembre, tan sólo dos días después de haber sido anunciada mediante un comunicado, según informa el medio Times of India. La falta de efectivo que vive India es la primera en los últimos 38 años y todas las medidas que se han tomado para facilitar que los 1.252 millones de personas que pueblan el país puedan cambiar sus billetes de 500 y 1.000 rupias por otros de menor cantidad, se han mostrado insuficientes.

Los billetes de 500 y 1.000 rupias suponían el 86% de todo el líquido disponible en el país

En India, la tradición imperante es que se prime el intercambio de efectivo en los negocios por encima de las transferencias o los pagos con tarjeta y los ciudadanos acumulan dinero en sus casas que, a día de hoy, es inservible. El ministro de Economía, Arun Jaitley, ha reconocido que estos billetes suponían el 86% de todo el líquido disponible en el país, con lo que tan sólo cuatro días después del anuncio de la retirada de los grandes billetes, los de menor cantidad -imprimidos y distribuidos ex profeso- se han agotado y los bancos y casas de cambio que permanecen abiertos afrontan grandes colas. La situación es de auténtico pánico, según informan varios medios.

“Hay una gran escasez, no tenemos billetes pequeños, ni en mis bolsillos ni en mi casa”, explicaba un hombre a las puertas de un establecimiento bancario, según euronews. Este tipo de testimonios se repiten en toda la nación: “Si vas a comprar leche, el lechero no acepta dinero. En las gasolineras, no te abastecen por menos de 500 rupias. No se pueden encontrar 100 rupias en el mercado”.

Además, muchas sucursales bancarias han decidido echar el cerrojo hasta que se puedan reabastecer de cambio -esperan que llegue en forma de billetes de 100 y 50 rupias- y la falta de billetes en curso ha paralizado el comercio minorista y el intercambio de mercancías de todo tipo a lo largo y ancho del país. Los ciudadanos tienen un período de gracia para deshacerse de sus billetes, hasta el 30 de diciembre, durante el cual, según informó el gobierno, sólo pueden sacar de las entidades bancarias 24.000 rupias a la semana, 4.500 al día (2.500 de los cajeros). Pero la realidad es que ya no quedan billetes de cantidades pequeñas -inferiores a 1.000 rupias- y los ciudadanos no quieren los billetes de 2.000 que aún pueden conseguir porque temen que los comercios no tengan cambio.

Lukman Otunuga, analista de FXTM, explica como la sensación de inquietud en la operativa financiera persiste desde el pasado viernes, ya que la desmonetización “ha provocado niveles explosivos de volatilidad”. La rupia se depreciaba a finales de la semana pasada contra el dólar, llegando a cambiarse a 67,15 rupias por cada "billete verde", en medio de la crisis local y de las turbulencias financieras que la victoria de Donald Trump ha desencadenado en las economías emergentes.

Los efectos también se reflejan en la renta variable. El índice Sensex ha descendido un 2,5%, hasta los 26.818 puntos, el nivel más bajo desde junio.

La desmonetización ha provocado niveles explosivos de volatilidad

“Los minoristas, fabricantes, y los pequeños comerciantes han sido los más afectados, ya que la falta de liquidez haimpactado negativamente su capacidad de funcionar con eficacia”, señala Otunuga. “Este tipo de empresas sobrevive con salarios diarios y semanales, así, la gran preocupación es que los minoristas sean incapaces de pagar a sus empleados y proveedores, lo que puede acabar por afectar negativamente a la economía. La grave escasez de dinero en efectivo podría potencialmente desestabilizar el consumo local y al mismo tiempo afectar la economía urbana”, asegura el analista de FXTM.

EFECTOS EN EL COMERCIO MINORISTA Y LA INDUSTRIA

El sector minorista ha sido uno de los más perjudicados ya que, según explica un miembro de la Federación de Mediana y Pequeña Industria a Times of India, “su ciclo económico es corto porque las transacciones monetarias no son muy altas y los pagos no son sistemáticos y se suelen hacer en días alternos, lo que convierte el efectivo en el modo más fácil y práctico de operar. La retirada de los billetes de 500 y 1.000 rupias les ha golpeado fuertemente”.

Este problema se repite en otros sectores de negocios del país y ha llevado a la casi total paralización de muchas áreas: los bienes de consumo están inmovilizados porque los transportistas no quieren distribuirlos sin la seguridad de que cobrarán en efectivo. Los fabricantes de productos manufacturados también están notando el impacto de la crisis de liquidez porque las empresas no quieren seguir ampliando los excedentes de productos ante la inseguridad de cómo serán distribuidos. Esta situación desemboca en una falta de abastecimiento de los pequeños minoristas. Se calcula que a lo largo del país hay entre 12 y 15 millones de comerciantes entre los que el efectivo es la manera habitual de hacer negocios.

A lo largo del país hay entre 12 y 15 millones de comerciantes entre los que el efectivo es la manera habitual de hacer negocios

La industria también está pagando su precio por la desmonetización del país. El comercio de cemento y acero no se ha movido en varios días, explica el medio Business-Standard.com. Según la Asociación de Comerciantes de Acero de Bombay, se espera que las consecuencias sean notables en los ingresos de la industria del acero: “No se están moviendo los excedentes en los almacenes y se ha roto completamente la cadena de compra-venta en los últimos tres o cuatro días”.

El medio explica que el sector del cemento no presenta unas mejores perspectivas: “Los comerciantes no están comprando los stocks”, explica una fuente del sector al digital especialista en negocios. El miedo entre los fabricantes de materiales para la construcción no es sólo una crisis de liquidez, es que el mercado inmobiliario se ralentice por la falta de capital para inversiones en vivienda que puede acarrear el movimiento de desmonetización.

En cuanto a la extensión de la crisis a otros países, Ramon Morell, analista de ETX Capital España indica que, por ahora, "no ha llegado a contaminar a otras regiones, pero en la medida en que el comercio interior mueve mucho papel moneda, especialmente en el enorme sector manufacturero de pequeñas empresas textiles, se está generando un problema que irá extendiéndose a los países compradores de sus productos, particularmente los vecinos, pero también otros".

POLÉMICA DECISIÓN

Ante este panorama, el entusiasmo con el que se acogió la medida, ya que se consideraba que sería muy efectiva para acabar con la economía sumergida y la evasión de impuestos que asolan el país, ha dejado paso a numerosas críticas. Desde que Modi asumió el cargo de primer ministro, ha tratado de llevar a cabo una serie de políticas para luchar contra este enraizado problema en la sociedad de India y es precisamente la falta de efectividad de estas iniciativas lo que le ha llevado a decidirse por este “arriesgado” movimiento, según Times of India.

Recoge este medio las declaraciones del líder del Partido Comunista de India (CPI, por sus siglas en inglés) Kanam Rajendran, para quien la desmonetización sólo trata de “tapar el fracaso (del primer ministro) en cumplir sus promesas de hacer aflorar el dinero oculto en el país y en el extranjero”.

Arvind Kejriwal, la máxima autoridad del estado de Delhi ha instado a Modi que se disculpe públicamente por someter a la población a semejante crisis. “Aún están a tiempo de dar marcha atrás antes de que la situación se deteriore”, ha demandado, para criticar que el Gobierno “no tiene una hoja de ruta en mente para esta crisis”.

Otras voces políticas se han alzado pidiendo la paralización del programa de retirada de billetes, después de las declaraciones del primer ministro, quien ha anunciado que la crisis durará otros 50 días y ha pedido paciencia a los ciudadanos. Casi dos meses sin efectivo tendrán que afrontar lo 1.252 millones de habitantes de la India, mientras la economía del país, la séptima del mundo, va camino de una total paralización.

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