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El ex comisario, José Manuel VillarejoCEDIDA - Archivo

El ex comisario José Manuel Villarejo, en prisión preventiva desde noviembre de 2017, se ha sentado este viernes por primera vez en el banquillo por posible delito de calumnias hacia el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, en un juicio en el que Corinna Larsen ha declarado como testigo.

Durante su declaración, Villarejo ha aclarado que se acercó a Corinna Larsen con el propósito de ganársela y que la encontró "aterrada". "Intenté convencerla, seducirla, engañarla, ganarme su confianza, lo que era mi trabajo", ha explicado durante su declaración en la que ha afirmado que se reunió "en muchas ocasiones con ella", y que su intención era proteger la Jefatura del Estado.

El ex comisario ha reiterado que desde siempre ha tenido interés en proteger los intereses institucionales. "No me arrepiento en absoluto de lo que he hecho, aunque lleve casi cuatro años preso", ha sostenido, subrayando posteriormente el honor que le había supuesto servir a los gobiernos de PP y PSOE.

Posteriormente, Corinna Larsen, la examante del rey emérito, ha participado en calidad de testigo mediante videoconferencia desde el Reino Unido. Durante su intervención, ha comentado que Juan Carlos I le dijo que el general Sanz Roldán acudiría a Londres para reunirse con ella y ha asegurado que "no tenía opción" a negarse a dicha reunión.

En esta línea, ha defendido que "el jefe del CNI me dijo que no podía garantizar mi seguridad. Estaba aterrorizada". Asimismo, ha declarado que que el director del CNI envió a un equipo de seguridad a su casa de Mónaco para protegerla frente a los paparazzi, algo que nunca llegó a autorizar porque no lo consideró necesario. "No entendía el motivo y no se me proporcionó una explicación adecuada como ciudadana, a una persona normal", ha agregado, calificando la intromisión de "ilegal".

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