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"Ese sonido que puedes escuchar es la sentencia de muerte para 'Trussonomics'", el plan económico de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, que ha durado menos que lo que tarda en caducar un yogur. Es lo que destacan varios analistas. Mientras los mercados parecen preparados para darle al nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, la oportunidad de hacer retroceder el tiempo, Truss ya se ha ganado "el apodo no deseado de la primera ministra más impopular de la historia reciente". "Intentaste bajar los impuestos, pero terminaste de culo", dicen.

Hunt acaba de tirar a la basura el minipresupuesto presentado no hace ni un mes por Truss. El ministro de Economía ha ido más allá de lo esperado para intentar apuntalar la confianza del mercado. "Lo que sea necesario", fue el mensaje de Hunt, "pero puede que no sea suficiente", opina Neil Wilson, de Markets.

Y es que cree que todo "sigue siendo un desastre". "La política económica no se puede inventar así y mantener ningún tipo de credibilidad", ya que "el daño causado por el minipresupuesto no se ha reparado, incluso al deshacer todos los cambios". "La reacción del mercado ha sido inicialmente positiva", pero "las ramificaciones políticas son enormes y podrían provocar una mayor inestabilidad: Truss no puede sobrevivir a esto. Hunt ahora está a cargo del barco".

"Así que adiós, 'Trussonomics'", "intentaste bajar los impuestos, pero terminaste de culo", sentencia Wilson. De hecho, Laura Suter, jefa de finanzas personales de AJ Bell, destaca que a partir de ahora hay "grandes interrogantes sobre la estabilidad de la posición de Liz Truss" después de que incluso muchos miembros del partido Tory que votaron por ella se pregunten cuál es el sentido de Truss sin 'Trussonomics'.

"La gente ha tenido un yogur en su nevera que ha durado más que algunos de los recortes de impuestos planeados por el gobierno. Y está claro que Liz Truss ha optado por tener un último intento de salvar su pellejo al deshacerse de sus principios económicos en lugar de tratar de aferrarse a sus planes políticos", comenta. En Oxford Economics ven "altas posibilidades de que la actual primera ministra no dure mucho en su trabajo", lo que significa que "la agitación política puede regresar pronto".

"Los mercados parecen preparados para darle a Jeremy Hunt la oportunidad de hacer retroceder el reloj. Le ha dado al gobierno un respiro y la reacción del mercado habrá enviado un mensaje claro tanto a la primera ministra como a sus detractores de que la 'Trussonomics' nunca debería haberse considerado seriamente, al menos no mientras la economía está recibiendo tal paliza", afirma Danni Hewson, analista financiero de AJ Bell.

Por el momento, los signos de interrogación se mantienen hasta el próximo 31 de octubre, fecha en la que Hunt anunciará el plan fiscal a medio plazo al completo. Pero "los mercados son volubles y dos semanas es mucho tiempo tanto en economía como en política. Revertir la mayoría de los recortes de impuestos no financiados anunciados en el minipresupuesto es un paso bastante fácil y obvio, pero es menos sencillo hacer avanzar el debate. Y ahí es donde radica el verdadero riesgo, la austeridad puede no ser aceptable, pero parece estar sobre la mesa."

Hunt "ahora necesita encontrar una manera de hacer que esa política sea aceptable para un país que ya siente la presión de sus propios problemas presupuestarios". "Y para los negocios habrá decepción, preocupación y un montón de preguntas". El nuevo ministro de Economía ha dicho que no puede controlar la volatilidad del mercado, "pero puede desempeñar su papel. Es posible que lo hayan incluido como compromiso en un esfuerzo por restablecer algo de credibilidad, pero ciertamente ha tomado el centro del escenario, al menos por ahora", destaca Hewson.

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