• Rajoy está dispuesto a tender una mano a Cataluña y hablar de financiación
  • La apertura del PP está circunscrita a que Carles Puigdemont abandone la hoja de ruta soberanista
  • El president de la Generalitat llamará a Rajoy esta semana y le propondrá una reunión
Rajoy-Puigdemont-caras

Mariano Rajoy inicia su segunda legislatura tras 316 días en funciones con importantes retos sobre la mesa. La marcha de la economía, ya sea en el frente de cimentar el crecimiento económico o en el de continuar combatiendo el paro, ocupará buena parte del día a día del flamante Ejecutivo. El otro gran tema que tendrá toda la atención del Gobierno es el desafío independentista de Cataluña.

Las cuestiones presupuestarias y las medidas para impulsar el crecimiento y la creación de empleo requerirán que el PP ponga en marcha la maquinaria negociadora con el resto de fuerzas parlamentarias. Rajoy necesita ofrecer una imagen dialogante, ya que requerirá de apoyos también en la cuestión catalana, además, el nuevo equipo debe abandonar la imagen de bloqueo institucional que ha mantenido en los últimos años. Sin embargo, todo tiene sus límites. El presidente del Gobierno está dispuesto a tender una mano a Cataluña, pero su apertura está circunscrita a que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, abandone la hoja de ruta soberanista.

Soraya Saenz de Santamaría, que tendrá un lugar asegurado en los cargos ministeriales que el líder del PP está acabando de perfilar hasta el 4 de noviembre, ha dejado claro en declaraciones a Rac1 que Rajoy estará “dispuesto a hablar (con Puigdemont) de lo que pueden hablar el presidente de la comunidad autónoma y del Gobierno”. Y ha lanzado una advertencia: “Puigdemont no puede decir que hará un referéndum pactado o lo hará sin pactar porque eso no es diálogo, es una imposición”.

Rajoy está dispuesto a tender una mano a Cataluña, pero su apertura está circunscrita a que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, abandone la hoja de ruta soberanista

Santamaría ha subrayado que el Ejecutivo está "plenamente dispuesto" a abordar con la Generalitat cuestiones como "la educación, la sanidad, los servicios sociales o la dependencia" en Cataluña y se mostró convencida que si Puigdemont entiende que "los límites son estos" será posible "avanzar".

CONDENADOS A NO ENTENDERSE

De hecho, el nuevo Gobierno quiere marcar los tempos del debate autonómico, no sólo en Cataluña, sino también con el resto de comunidades. Rajoy quiere hablar con Puigdemont, pero también con el resto de dirigentes regionales de financiación autonómica. Es una negociación que está dispuesta a asumir, pero no habrá más concesiones para una Generalitat que peleará por el referéndum pactado que ha prometido a la ciudadanía.

Puigdemont, por su parte, ya calificó de “cinismo” la oferta de Rajoy de reformar el sistema de financiación y reclamó soluciones para Cataluña a la altura de las demandas de sus ciudadanos. ”Esto es cinismo porque ofrecer como pacto lo que es una obligación desde hace tres años roza el cinismo y soy suave diciendo esto”, espetó el líder del Govern catalán. Lo que persigue, en cambio, es hablar de la votación por la independencia de Cataluña y poder pactar el referéndum que se celebrará en septiembre del año próximo, haya o no acuerdo.

En cualquier caso, la pelota está ahora en el tejado de Cataluña. Es el presidente catalán quien debe llamar a Rajoy para felicitarle por su investidura, algo que Puigdemont ya ha dicho que hará esta semana. La siguiente cita es una Conferencia de Presidentes en el Senado para abordar una reforma del sistema de financiación autonómico, pero Puigdemont ha rechazado confirmar si acudirá o no a esta convocatoria.

Finalmente, se espera que haya un encuentro entre ambos líderes en las próximas semanas. De hecho, el presidente autonómico ha avanzado en una entrevista a TV3 que solicitará una reunión con Mariano Rajoy durante la llamada telefónica que tiene prevista realizar para darle la enhorabuena por haber sido cofirmado en su cargo. Sin embargo, si mantiene su envite al Estado, se espera que este encuentro sea un puro trámite.

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