Italia se juega mucho este miércoles. El Gobierno de GIuseppe Conte votan la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que habían acordado en diciembre del pasado año los ministros de Finanzas de la Eurozona. Su objetivo: que el MEDE goce de un mayor poder en futuros rescates de países, a los que puede vigilar celosamente.
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Europa requiere del 'sí' de Italia para llevar a cabo esta reforma, que el Eurogrupo aprobó la semana pasada, con la mirada ya puesta en el Consejo de Europeo de Bruselas del 10 y el 11 de diciembre.
Lejos de ser un mero trámite, como en otros países, la reforma del MEDE se ha convertido en un verdadero problema para Conte, que ve en riesgo la unidad de su Ejecutivo, que cada vez más cuestiona su política exterior.
Así lo han expresado los 50 diputados y senadores del Movimiento 5 Estrellas, que la pasada semana escribieron una misiva a su primer ministro anunciando que no apoyarían su decisión en esta votación.
Otros socios de Conte van más allá, como su predecesor en el cargo, Matteo Renzi, cuyo partido Italia Viva forma también parte del Gobierno de coalición, y ha pedido la cabeza del primer ministro si no logra que la reforma sea ratificada. ¿Acabarán congelando los trasalpinos el MEDE?
