guerra comercial portada nueva banderas china eeuu

Los "juegos de guerra" de China en torno a Taiwán han llevado a los funcionarios de la administración Biden a recalibrar su pensamiento sobre si eliminar algunos aranceles o imponer potencialmente otros a Pekín, según fuentes familiarizadas con las deliberaciones recogidas por 'Reuters'.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no ha tomado una decisión aún al respecto. Su equipo ha estado luchando durante meses con varias formas de aliviar los costes de los aranceles impuestos a las importaciones chinas durante el mandato de su predecesor, Donald Trump, mientras trata de frenar la disparada inflación.

Biden ha considerado una combinación de eliminación de algunos aranceles, el lanzamiento de una nueva investigación de la "Sección 301" sobre áreas potenciales para aranceles adicionales, y la ampliación de una lista de exclusiones arancelarias para ayudar a las empresas estadounidenses que sólo pueden obtener ciertos suministros de China.

Los aranceles hacen que las importaciones chinas sean más caras para las compañías estadounidenses, lo que, a su vez, hace que los productos cuesten más a los consumidores. Reducir la inflación es uno de los principales objetivos de Biden.

Sin embargo, la respuesta de Pekín a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, la semana pasada a Taiwán, ha provocado un nuevo cálculo por parte de los funcionarios de la administración, que están ansiosos por no hacer nada que pueda ser visto por China como una escalada, al tiempo que tratan de evitar a la vez un retroceso ante la agresión del país comunista.

Los militares chinos participaron durante días en el lanzamiento de misiles balísticos y en la simulación de ataques a la isla de Taiwán, que China reclama como propia.

Los próximos pasos de la administración Biden podrían tener un impacto significativo en cientos de miles de millones de dólares de comercio entre las dos mayores economías del mundo.

Las industrias estadounidenses, desde la electrónica de consumo y los minoristas hasta la automoción y la industria aeroespacial, han estado clamando para que Biden elimine los aranceles de hasta el 25%, ya que luchan contra el aumento de los costes y la escasez de suministros, como recoge 'CNBC'.

Los aranceles fueron impuestos en 2018 y 2019 por Trump a miles de importaciones chinas valoradas entonces en 370.000 millones de dólares para presionar a China por su presunto robo de propiedad intelectual estadounidense.

La oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos se encuentra ahora en medio de una revisión reglamentaria de cuatro años de los aranceles impuestos por Trump, que podría tardar unos meses más en completarse. Las declaraciones públicas finales sobre si mantenerlos en vigor deben presentarse antes del 23 de agosto.

Los grupos sindicales, liderados por United Steelworkers, han instado a la USTR a mantener los aranceles sobre los productos chinos para ayudar a "nivelar el campo de juego" para los trabajadores en Estados Unidos y reducir la dependencia de EEUU de los proveedores chinos.

Biden se ha mostrado preocupado por la retirada de los aranceles, en parte por la mano de obra, que es un sector clave para él, y por el hecho de que China no haya comprado los productos que había acordado adquirir, según la primera fuente. La Casa Blanca se ha negado a establecer un calendario sobre cuándo se tomará una decisión definitiva.

Noticias relacionadas

contador