ep el ministro de sanidad salvador illa durante un pleno del congreso
El ministro de Sanidad, Salvador IllaPool

El tacticismo con el que ERC lleva tiempo preparando el escenario postelectoral en Cataluña ha sufrido un revés en las últimas semanas con el aparente avance del PSC por la derecha y haciendo sonar el claxon. El cambio de liderazgo largamente anticipado en el independentismo iba a permitir a los republicanos formar gobierno con quienes fuera de su gusto, que no tenía por qué ser necesariamente Junts per Catalunya, y de los socialistas catalanes se esperaba poco más que un asentimiento velado y que devolvieran los favores que los republicanos le han hecho a Pedro Sánchez en el Congreso.

Pero la pandemia ha puesto en bandeja al PSC lanzar un órdago en las elecciones del 14 de febrero, con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como punta de lanza, en una maniobra que pretende colocar al socialismo como cabeza de un nuevo tripartito en la región. La encuesta de hace pocos días publicada por ‘El Periódico’ otorga a la federación catalana del PSOE más del 24% de los sufragios -34-35 escaños-, frente al 20% de ERC, lo que ha dejado al partido de Oriol Junqueras con las rodillas temblorosas ante una cita con las urnas que puede arrebatarle la posibilidad de retener la presidencia para el actual líder del Govern en funciones, Pere Aragonès.

El fin de las vacaciones navideñas ha evidenciado que, a un mes de que los catalanes sean convocados para elegir el nuevo Parlament, el escenario planeado por ERC, tras la inhabilitación del expresident Quim Torra, en que podría formar gobierno con los Comuns, con el apoyo de los socialistas, quienes no entrarían en la coalición pero serían una muleta imprescindible, no está tan claro. Y si bien no sería la primera vez en los últimos años que un partido constitucionalista recibe el mayor número de escaños -ocurrió con Ciudadanos en 2017- en unas elecciones catalanas, sí sería la primera que tendría el poder de cerrar un Govern. Las alternativas: continuar con la parálisis institucional en la región y repetir los comicios o bien reeditar la coalición entre ERC y JxCat, con una aritmética parlamentaria poco favorable a unos socios que han acabado por no poder ni verse, según cuentan fuentes próximas a la Generalitat, por lo que que necesitarían posiblemente a la CUP.

Pero la misma pandemia que ha hecho de Illa un buen candidato, y lo que es más importante: uno con posibilidades, abre una ventana de oportunidad para el independentismo. La velocidad de propagación del virus, el incremento de casos, cuyo pico se prevé en febrero, y el temor a no poder garantizar unas elecciones seguras desde el punto de vista sanitario, ha elevado numerosas voces que piden un aplazamiento a cuando pase la tercera ola. Todos los partidos soberanistas han declarado que se inclinan por esta opción, al igual que Ciudadanos y los comunes -postura que no comparte Unidas Podemos-, mientras el PP sigue sopesando el panorama actual.

La primera premisa a tener en cuenta para el actual Govern es que, de posponerse, no sería cosa de 15 días, aseguran fuentes de la Generalitat. La primavera, hacia mayo, se baraja como el marco temporal en que se habría contenido lo suficiente el envite de la pandemia como para proceder con el proceso electoral. Asimismo, los estrategas tanto de los partidos independentistas como de la formación de Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa, a quienes los sondeos auguran un descalabro hasta 12 o 13 escaños, hacen cábalas con si para entonces habrá pasado el ‘efecto Illa’.

Desde las filas socialistas no se ha dejado pasar esta oportunidad para acusar a los republicanos de temer al ministro de Sanidad, quien ha declarado que seguirá en el cargo si se aplazan las elecciones, ya que el giro de ERC sólo se ha producido “cuando ha visto que ya no lideran las encuestas”, ha señalado el diputado José Zaragoza. Sostiene, al igual que desde otros ámbitos sociales y económicos catalanes, que los comicios han de celebrarse de la misma forma que en julio pasado se desarrollaron los de País Vasco y Galicia, ya que se han aprobado medidas para que la jornada transcurra con total seguridad.

AVAL DE LA OMS A PROCESOS ELECTORALES

Así, con los comicios en el aire, el Govern ha asegurado que este viernes anunciará una decisión irrevocable, después de reunir la mesa de partidos. De tirar adelante, cuentan con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ya hizo públicas una treintena de recomendaciones para que las citas con las urnas se puedan llevar a cabo de forma segura a pesar de la pandemia. Entre las cuales, facilitar el voto por correo, ampliar horarios de votación y permitir que las personas vulnerables tengan un trato especial para votar.

En cuanto a los colegios electorales, insta a que sean espaciosos y bien ventilados, organizar las colas de votantes en espacios exteriores y aumentar el número de puntos de votación si se considera necesario. A tales efectos, el Govern plantea reservar la franja horaria de la mañana para la población de riesgo, mientras que los votantes que deben permanecer aislados o en cuarentena –por ejemplo, por haber contraído la covid o ser contactos de casos confirmados–, acudirían a última hora de la jornada.

El documento técnico, publicado el 10 de diciembre, la OMS constata que las elecciones comportan un riesgo de amplificar la transmisión del covid. Pero se abstiene de establecer criterios para mantener o aplazar procesos electorales. Las decisiones que tomen los gobiernos sobre esta cuestión, señala la OMS, “deberían basarse” en la “evaluación, mitigación y comunicación de los riesgos”.

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