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Minsk@BELNOVOSTIBY

Aleksandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, ha ordenado este miércoles a sus servicios secretos frenar las protestas contra su régimen y la manipulación electoral y reprimir cualquier movilización. Tras una reunión de su consejo de seguridad ha subrayado que “no debería haber más disturbios en Minsk. La gente está cansada, exige paz y tranquilidad”. Los líderes europeos aumentaban por la mañana la presión para la salida del líder bielorruso y garantizaban ayuda financiera para la oposición mientras que el Ministerio de Defensa incrementaba la presencia militar en la frontera con Polonia y Lituania.

Cientos de personas se manifestaron por la noche en el centro de la capital desobedeciendo la nueva orden de Lukashenko. Frente a esto, el líder bielorruso ha reclamado al KGB (agencia de seguridad e inteligencia) que identifique los “canales de financiación de los disturbios”. En su discurso Lukashenko ha asegurado que las movilizaciones ciudadanas se impulsan desde el exterior.

El Ejército está desde este miércoles en “plena preparación para el combate”. Defensa planea enviar una división de misiles guiados, sistemas antiaéreos y drones, según ha informado la agencia TASS.

A su vez, la UE está incrementando su presión a favor de una transición democrática. Después de la Cumbre de Emergencia, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha afirmado que se impondrán sanciones “a un número importante” de miembros del régimen bielorruso como responsables de la represión, la violencia y el fraude en las elecciones del 9 de agosto.

Los 27 socios de la UE no admiten el resultado de las elecciones, que supuestamente dieron la victoria a Lukashenko, y dan su apoyo a la propuesta de mediación internacional ofrecida por la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). "Las elecciones no fueron justas ni libres y no cumplieron los estándares internacionales. No reconocemos los resultados presentados por la autoridades bielorrusas", ha declarado Michel en una rueda de prensa.

La líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, ya había pedido anteriormente a los dirigentes europeos que no reconocieran los resultados de las elecciones, que según las cifras oficiales ganó Lukashenko con el 80,1% de los votos. "Os llamo a no reconocer estas elecciones fraudulentas. El señor Lukashenko ha perdido toda legitimidad a los ojos de nuestro pueblo y del mundo", ha criticado Tijanóvskaya en un vídeo publicado en YouTube.

En cuanto al papel que los líderes europeos esperan de Rusia, aliada de Lukashenko, Michel ha resaltado que "el futuro de Bielorrusia tiene que ser decidido por los bielorrusos, no en Bruselas ni en Moscú".

Lukashenko ha ordenado este miércoles a las fuerzas de seguridad del país reforzar la vigilancia en la frontera, con "especial atención" a los desplazamientos de las tropas de la OTAN. El martes ya había ordenado alertar a las tropas bielorrusas desplegadas en la frontera con países de la OTAN por una supuesta amenaza exterior.

Tras el estallido de las protestas postelectorales, el presidente de Bielorrusia ha denunciado la promoción recibida desde países como Polonia o la República Checa, y también ha acusado a la OTAN de desplegar aviones y tanques a quince minutos de la frontera. "Lo sabemos y estamos en ello", ha avisado el líder tras fortalecer los límites del territorio bielorruso.

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