• El BCE y el Banco de Inglaterra también anunciarán medidas restrictivas en octubre y noviembre
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La presidenta de la Fed, Janet Yellen

El mercado había subestimado a la Reserva Federal (Fed). Pensaba que el banco central de Estados Unidos no se atrevería a subir más los tipos de interés este año. Error. La entidad quiere hacerlo. Y en paralelo también reducirá su balance. Todo a su ritmo, claro está, pero con la suficiente entidad como para influir en la marcha de los mercados financieros.

Así lo ha reflejado el de divisas, posiblemente el más sensible a las novedades con las que se ha saldado la reunión de política monetaria de septiembre por parte de la Fed. El euro, que aguardaba la cita en los 1,20 dólares, se deprecia un 1%, hasta los 1,189 dólares.

El motivo del rebote del dólar no es otro que la confirmación de que la entidad presidida por Janet Yellen quiere volver a elevar los tipos este año. Entiendo que el "moderado" crecimiento de la economía, cuyo ciclo expansivo arrancó allá por 2009, tolera otro repunte, tras los acometidos en marzo y junio. La fecha señalada es la del 13 de diciembre, que será cuando la Fed terminará su última reunión de 2017. Ese día podría incrementar el precio del dinero en un cuarto de punto, para llevarlo del 1-1,25% al 1,25-1,5%. Así lo creen 11 de los 16 miembros de la entidad, según las proyecciones ofrecidas por la propia Fed.

Esta voluntad encaja con el hecho de que la institución elevó la previsión de crecimiento para este año del 2,2% al 2,4%. En este sentido, considera que el impacto de los huracanes Irma, Harvey y María sólo se notará "en el corto plazo" y no alterará el curso de la economía "en el medio plazo". La revisión al alza de la previsión de crecimiento para este año y la voluntad de aumentar de nuevo los tipos han generado un cóctel que ha cogido al mercado a contrapié. "No esperábamos que la Fed preparara la subida de los tipos de diciembre [...] y la previsión para 2017 es modestamente más fuerte de lo que habíamos anticipado", reconocen desde Barclays. "La Fed se muestra confiada con respecto al estado de la economía. Es la principal razón para empezar a reducir el balance y también para incrementar los tipos en el futuro", constata Philippe Waechter, economista jefe de Natixis AM.

Con excepción del Banco de Japón y su eterna lucha contra la deflación, todos los bancos centrales del G-7 anunciarán medidas monetarias restrictivas en la recta final de este año

La subida de diciembre sería la tercera del año, un registro que no se ve desde 2006, cuando los aumentó en cuatro ocasiones. Y su intención es la de repetir en 2018, puesto que las proyecciones de la entidad anticipan otros tres repuntes para el próximo ejercicio. De ejecutarse, el precio del dinero terminaría 2018 en el 2-2,25% en EEUU. O lo que es lo mismo, volvería a los niveles en los que se encontraba en la primavera de 2008, antes de que estallara la peor parte de crisis financiera con la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de ese año.

MENOS 'GORDO'

El mantenimiento de la subida de los tipos para diciembre adquiere otro significado porque, para entonces, la Fed ya estará reduciendo su balance, que actualmente alcanza los 4,5 billones de dólares, un volumen sin precedentes.

El balance de la Fed ha 'engordado' tanto a base de la 'hipercalórica' dieta que siguió entre 2008 y mediados de 2014. En ese intervalo, la entidad suministró tres programas sucesivos de expansión cuantitativa (QE1, QE2 y QE3) que cuadruplicaron su balance. Este incremento, además de perseguir la reactivación de la economía y el empleo, ha ejercido una influencia determinante en el extraordinario ciclo alcista que Wall Street está viviendo desde marzo de 2009.

En el comunicado posterior a la reunión de septiembre, la Fed ha confirmado que comenzará a reducir su balance "en octubre". En este sentido, la clave residirá en el ritmo al que lo hará. Y, al igual que la subida de los tipos, será gradual.

Como anticipó en junio, primero dejará de reinvertir parte del dinero que procede del vencimiento de los títulos que tiene en su cartera. Hasta ahora, reinvertía todo ese dinero; es decir, lo volvía a dedicar a comprar deuda en el mercado. Desde octubre, dejará de reinvertir 10.000 millones al mes, 6.000 millones en bonos del Tesoro y 4.000 millones en deuda hipotecaria, sumas que irán engordando cada tres meses en esas mismas cuantías, hasta alcanzar los 50.000 millones al mes. Mirabaud calcula para finales de 2018 la Fed habrá adelgazado su balance en 450.000 millones de dólares, para luego moverse entre los 2,5 y los 3 billones de dólares. Los expertos de Barclays pronostican que en tres años habrá adelgazado hasta los 3 billones de dólares. O lo que es lo mismo, todavía triplicará el volumen habitual antes de la crisis, tal como Yellen ya avanzó en junio, cuando precisó que el balance "bajará a un nivel apreciablemente inferior al visto en los últimos años pero más grande que el existente antes de la crisis".

EL BCE, EL BANCO DE INGLATERRA...

Por tanto, las intenciones mostradas por la Fed constatan que, definitivamente, la auténtica normalización de las condiciones monetarias ya está en marcha. Con un aditivo: que Yellen no caminará sola en este terreno.

El Banco Central Europeo (BCE) ya ha anticipado que retocará su programa de compra de activos a finales de octubre. La entidad presidida por Mario Draghi, que actualmente dedica 60.000 millones de euros mensuales a la compra de activos, podría reducir este volumen hasta los 40.000 millones. El Banco de Inglaterra tiene la intención de subir los tipos de interés a comienzos de noviembre. Y el Banco de Canadá pretende dar continuidad a las dos subidas de los tipos que ya ha ejecutado en 2017. De este modo, y con excepción del Banco de Japón y su eterna lucha contra la deflación, todos los bancos centrales del G-7 aplicarán o, como poco, anunciarán medidas monetarias restrictivas en la recta final de este año.

El mundo, por tanto, se prepara para un viraje monetario de tintes históricos. Tras una década de medidas expansivas sin precedentes para luchar contra la peor crisis desde la 'Gran Depresión', ahora toca volver atrás. La normalización monetaria 'is coming'. Todo un desafío para los mercados. Y para la recuperación económica.

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