bear market

Justo cuando parecía que llegaba la corrección de la que los bajistas llevan meses (o años) alertando, Wall Street encadena su mejor racha alcista desde noviembre. Y en el Ibex, tenemos una lluvia de máximos históricos en valores individuales. Hay razones de sobra para caer, pero el mercado sigue en manos de los alcistas.

Los argumentos perennes para bajar nos los sabemos de memoria: las valoraciones exageradas, las subidas de tipos de la Fed (y la retirada de estímulos del BCE), el esperado enfriamiento de la economía y las múltiples incertidumbres geopolíticas. Ahora hay que sumarles la escalada del petróleo por el conflicto de EEUU con Irán o la nueva crisis argentina, que amenaza con extenderse a otras divisas emergentes. Por no hablar del interminable 'procés' catalán, en clave nacional.

Pero, a pesar de todo esto, los índices siguen empeñados en seguir subiendo y superando resistencias tan relevantes como los 10.210 puntos del Ibex. ¿Por qué? En Wall Street, 'MarketWatch' señala como los argumentos más importantes los buenos resultados empresariales (salvo excepciones como Google) y la oleada de recompras de acciones en que van a invertir esos beneficios: Goldman Sachs calcula un récord de 650.000 millones de dólares este año, de los que 100.000 corresponden solo a Apple.

650.000 MILLONES DE COMPRAS DE EMPRESAS

Las recompras siempre son alcistas porque las empresas aprovechan los recortes para adquirir todos los títulos que pueden. Y así es muy difícil bajar. Además, se añaden los incentivos fiscales de Trump a repatriar los beneficios obtenidos fuera de EEUU, una parte de los cuales puede utilizarse también para estas operaciones.

El mercado, al final, se mueve por oferta y demanda. Y cuando hay una fuerza compradora muy grande -sin olvidarnos de que el dinero sigue entrando en los fondos de bolsa- y no hay otra vendedora que la contrapese, las cotizaciones siguen subiendo. Por muchas razones que haya en contra.

ESPAÑA: NI LAS ENCUESTAS NI CATALUÑA PREOCUPAN

¿Y aquí? En España seguimos con el lastre de la falta de rentabilidad de los bancos y su enorme peso en el Ibex, lo que dificulta una escalada del índice pese a tener tantos valores en máximos. Pero eso no significa que vaya a caer. Razones no faltan: Argentina nos afecta mucho, el petróleo tiene pinta de dar al traste con las previsiones del Gobierno, las encuestas hablan de hundimiento de PP y PSOE, y la matraca catalana no parece que se vaya a acabar en un futuro predecible.

Ahora bien, al mercado no parece importarle demasiado nada de esto. Podemos vivir con un poco más de inflación (mientras no se desmadre), el impacto argentino en nuestras empresas tampoco es para hundirlas, los inversores se sienten cómodos con cualquier resultado electoral que no sea un Gobierno PSOE-Podemos (el escenario menos probable ahora mismo) y Cataluña es un 'non-issue'. Los inversores han descartado una independencia, ya nadie habla de esto fuera de España y las grandes empresas se han curado en salud cambiando de sede.

Así pues, no parece que vayamos a ver grandes caídas este año, salvo sorpresa. Otra cosa es si vamos a seguir subiendo a este ritmo.

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