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Inversor.

La tasa Tobin golpearía al pequeño inversor más de lo que el mercado cree. El impuesto aprobado por el Gobierno tras el acuerdo alcanzado con Unidos Podemos el pasado mes de octubre aspira gravar con un 0,2% las operaciones de compraventa de acciones... con lo que, por ejemplo, el pequeño inversor acabaría pagando entre un 50% y un 100% en operaciones en las que invierta 1.000 y 10.000 euros, respectivamente.

En el acuerdo sellado entre Gobierno y Unidos Podemos se estipuló que sólo se someterán a dicha tributación las acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros. Es decir, quedará exenta la compra de acciones de PYMEs además de las no cotizadas, la deuda (pública y privada) y los derivados. El resultado final: en el caso español afectará a la compraventa de acciones de 65 empresas (incluidas todas las del Ibex).

El impuesto sobre transacciones financieras se cebaría especialmente con los particulares

Con todo, fuentes cercanas al mercado aseveran que otro aspecto que puede preocupar es "la distorsión que puede generar este impuesto porque el inversor puede verse tentado a buscar empresas fuera del rango de la capitalización bursátil superior a 1.000 millones de euros e incluso invitar a que el dinero se vaya a otras juridicciones donde no exista esta tasa".

Este impuesto empezaría a gravarse sobre las transacciones financieras a partir de 2019 y sus similitudes con el caso francés alertan de su peligro para el pequeño inversor en bolsa. En Francia, desde la implantación de este impuesto se ha registrado una menor recaudación fiscal y un 20% menos de volumen de negociación en el parqué.

Precisamente, estas fuentes señalan que no hay que olvidar el hecho de que "las tasas no recaen directamente sobre el partícipe, sino sobre el intermediario financiero, aunque todo hace pensar que acabará repercutiendo al inversor en la operación".

La comisión media de los brókers más baratos actualmente se sitúa en los 0,15 euros por cada inversión. A su vez, el canon impuesto por el BME (Bolsas y Mercados Españoles) a, por ejemplo, una inversión de 1.000 euros en un valor bursátil, se grava con una comisión de 1,75 euros dentro de esa horquilla inversora (que va desde meter 300 euros a 3.000 euros en bolsa).

Por ejemplo, alguien que invierta 1.000 euros en bolsa, deberá asumir los 1,75 euros del canon del BME sumados a los 1,5 euros de comisiones del bróker y, finalmente, a los 2 euros (el gravamen del 0,2% multiplicado por los 1.000 euros que se invierten) de la tasa Tobin: por cada 1.000 euros invertidos deberá pagar 5,95 euros, es decir, un 50,6% más que antes.

El precio va escalando conforme dicho particular decida invertir más dinero en bolsa ("Cuantas más operaciones, más comisiones y menos beneficio se generará para el inversor", apuntan las fuentes). Si decide invertir 10.000 euros, debería asumir los 4,65 euros del canon de BME para estas sumas, además de los 15 euros que se lleva el broker de media y, finalmente, los 20 euros de la tasa Tobin. Es decir, debería afrontar unas tasas de 39,65 euros, un 105% más que antes.

Otro de los impactos que puede tener este impuesto sobre las transacciones financieras es "la salida de inversores extranjeros, un descenso del volumen de negociación, una menor liquidez y una mayor volatilidad" y cabe recordar que "más del 45% de nuestras cotizadas está en manos de inversores extranjeros".

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