Muchos inversores se jactan al verse a sí mismos corriendo con los toros, como un atribulado y ebrio participante de los Sanfermines. Lo que más de uno de ellos desconoce, es que realmente va untado de miel, y estos son los seis mejores activos para repeler a los osos y al mercado bajista que siempre acompañan.
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"Los riesgos están en todos sitios en tiempos de tanta liquidez, valoraciones altas y gran optimismo económico", alerta Vicent Deluart, estratega del bróker StoneX, en declaraciones a MarketWatch.
Algo de razón tiene, y es que las empresas están actualmente entre un 50% y un 100% más caras que justo antes del estallido de la burbuja de las puntocom.
Casi todos los huevos están además en la misma cesta. Las bolsas estadounidenses pesan un 56% en el MSIC World Index gracias al protagonismo de Apple, Amazon, Facebook, Tesla, Microsoft, Nvidia... que tienen la misma capitalización de mercado que los selectivos británicos, alemanes, italianos, franceses, rusos y polacos combinados.
"Desafortunadamente para los inversores, los activos tradicionales para protegernos del riesgo están muy caros, son ineficientes o ambas cosas", lamenta Deluard. "En su desesperada búsqueda del Santo Grial de la diversificación, han reducido el atractivo de activos históricos como el oro, el yen, el franco suizo y el bitcoin, que han perdido valor durante las últimas grandes correcciones bursátiles", apostilla.
LOS MAYORES PELIGROS Y LA MEJOR ARMADURA
En base a esto, Deluard diagnostica los principales riesgos para el mercado en lo que queda de 2021: una mayor subida de la rentabilidad de los bonos, sorpresas inflacionarias, un gran tropiezo de la renta variable y el estallido de la burbuja growth.
La mejor armadura ante estos peligros es, en sus palabras, invertir en estos tipos de activos: financieros, materias primas y energéticos son el mejor escudo, bajo su criterio. Otra buena idea son los activos latinoamericanos, especialmente los mejicanos, que ve con especial optimismo. Finalmente, aconseja complementar esta cartera basada en la 'estrategia de las pesas' con activos más tradicionales para reducir el riesgo, como el oro y la bolsa nipona.
