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Las dudas de los inversores empiezan a cambiar. Ya no se centran en si la recuperación está en entredicho por la expansión del coronavirus, sino en los desafíos que les quedará por delante tras la pérdida de impulso que tiene el crecimiento económico. Álvaro Cabeza, de UBS, da las claves al respecto.

Desde el punto de vista de la evolución del Producto Interior Bruto (PIB), el analista espera que su avance siga siendo "sólido” aunque pierda ímpetu. Prevé también que la demanda se vaya normalizando a un nivel más sostenible.

El cambio de entorno al que se enfrentan los mercados, de un crecimiento acelerado a uno desacelerado, dejará cierta “volatilidad”, ya que los inversores tratan de evaluar la pérdida de impulso. “Estas señales entre activos deben tomarse en serio, lo que nos lleva a ser tácticamente cautelosos con respecto a la beta en renta variable”, explica.

Esta desaceleración a nivel mundial viene provocada por la ralentización en la evolución del PIB de las dos grandes economías: China y Estados Unidos. Pese a liderar la recuperación, ninguna de las dos ha llegado a las previsiones de los analistas, estando el país asiático muy por detrás de lo calculado.

Es por ello que Cabeza lo ve como una oportunidad. “Por esta razón, así como por sus cupones más atractivos, los bonos chinos son nuestros preferidos entre los soberanos”, sostiene.

Sobre el futuro inmediato, el analista de UBS cree que las previsiones de crecimiento del PIB se han mantenido sólidas tanto para EEUU como para la Eurozona y que de cumplirse “marcarían el mayor crecimiento anual de cualquiera de las dos regiones en el siglo XXI”.

En estos términos, también ve la renta variable global y, en concreto, la estadounidense, en unos valores “atípicos”. “La fase del ciclo y el régimen del mercado del bono americano sugieren que los inversores deben ser cautelosos con la renta variable a nivel de índice”, argumenta.

Atribuye los repuntes que se están registrando en las últimas semanas a “la mayor sensibilidad de la Reserva Federal (Fed) a las presiones de precios”. Cabe recordar que esta semana se ha conocido el dato de inflación de EEUU, que crece un 5,4% en tasa interanual, manteniéndose en niveles altos pero ralentizando su ritmo.

“Teniendo en cuenta nuestro posicionamiento macro constructivo, estamos analizando la posibilidad de infraponderar más la duración global”, sostiene.

Y añade que “mantenemos nuestra convicción en las apuestas de valor relativo procíclico en renta variable de mercados desarrollados fuera de Estados Unidos, que tienen perspectivas de beneficios y valoraciones relativamente atractivas”.

Se fija, precisamente, en la renta variable europea y nipona dado que “estas posiciones han quedado rezagadas durante los últimos tiempos” y “cualquier disminución de rentabilidad en el futuro sería modesta incluso en el caso de que los inversores sigan preocupados por el pico de crecimiento y el pico de estímulo”.

Prevé que, precisamente en estas regiones, se superarán los resultados a medida que se salga del periodo de transición y la atención de los inversores se desplace al “sólido ritmo de crecimiento de la actividad económica”.

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