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Bolsa alemana.Alberto Sánchez

El 20 de septiembre entrará en vigor la gran reforma del índice alemán Dax, la primera gran revisión del principal índice de referencia de la renta variable germana (y europea) desde su creación hace 33 años. Como parte de la misma, el número de componentes aumentará de 30 a 40. Al mismo tiempo, el índice MDAX, que cubre el segmento de mediana capitalización, se reducirá de 60 a 50 miembros.

La elección de los miembros del índice ya no estará influida por el volumen de negociación, sino únicamente por la capitalización bursátil. Sin embargo, habrá unos requisitos mínimos de volumen de negociación para garantizar un cierto grado de liquidez.

A principios de este año ya se introdujeron en el Dax otros cambios, como la necesidad de que sus integrantes publiquen sus estados financieros trimestralmente (algo que contrasta con lo ocurrido en España, donde recientemente se ha eliminado esa obligación, dejándose solo como imprescindibles los resultados semestrales), así como el requisito de que los futuros candidatos al Dax muestren una cifra positiva de EBITDA en sus dos últimos informes financieros.

"La reforma tendrá probablemente un efecto en la exposición sectorial del índice. Un análisis de los candidatos más prometedores que se incorporarán al índice muestra que la mayoría pertenecen a sectores defensivos, como la sanidad, Internet y los valores de crecimiento relacionados con el consumo", explica Mathieu Racheter, experto de Julius Baer.

Por tanto, añade este analista, el Dax seguirá siendo un índice relativamente cíclico, aunque estará ligeramente más expuesto a los valores defensivos y de crecimiento después de la reforma, precisa.

"Seguimos prefiriendo mercados menos cíclicos, como Estados Unidos o Suiza, en la coyuntura actual", añade Racheter.

EL CATALIZADOR

El catalizador de la reforma del Dax fue el escándalo contable de Wirecard, que hizo tambalear la confianza de los inversores en el índice. Aparte de eso, también han influido las demandas de los inversores internacionales, que pedían un índice de renta variable alemana más amplio.

La empresa de pagos alemana Widecard colapsó el año pasado, apenas dos años después de su entrada en el índice de referencia. La desaparición de la empresa avergonzó al Gobierno alemán y manchó la reputación del país como un objetivo para inversión seguro.

El operador bursátil Deutsche Boerse dijo a finales del año pasado que los cambios en el Dax aumentarán la calidad del índice y propiciarán su alineación con los estándares internacionales.

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