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La rentabilidad del bono español a 10 años cerró este viernes por debajo del 1%, tras dispararse hasta el 1,13% el pasado miércoles. En paralelo, la prima de riesgo española cerró en 140 puntos, tras tocar los 155 puntos a mediados de semana. Aunque a primera hora del viernes repuntó por la agitación en el mercado de bonos, a consecuencia de la falta de consenso y de una propuesta de los líderes europeos para el llamado 'Plan Marshal' de reconstrucción por el Covid-19.

El Banco Central Europeo (BCE) tuvo que intervenir nuevamente este jueves para aplacar el repunte de los diferenciales entre los bonos europeos periféricos y el bund alemán. La entidad presidida por Christine Lagarde anunció que aceptará 'bonos basura' como garantía hasta septiembre de 2021, una medida que calmó los nervios de los inversores.

Y es que la prima de riesgo de España refleja el miedo del mercado a que el déficit hispano quede fuera de control en los próximos meses. Como dicen los analistas de Pantheon Macroeconomics, "los bonos españoles son como un pato sentado ('sitting duck')", expresión inglesa utilizada para definir a algo o alguien al que es muy fácil disparar o atacar. Es decir, son una 'presa fácil' para los especuladores.

Los inversores saben que Italia, Francia y España serán los países más afectados por el impacto en el turismo del Covid-19. La actividad turística en proporción al PIB es sustancial en el sur de Europa. Supone alrededor del 10% en Francia, el 13% en Italia y más del 15% en España. "Esto ayuda a explicar que el impacto de la crisis en estos países será mucho más grande que en el norte de Europa", afirman sus analistas.

Además, según sus cálculos, el superávit externo que genera el turismo supone el 1% del PIB en Italia y el 0,4% en Francia, pero llega hasta el 4% en el caso de España. "Estos números cuentan una historia importante para los inversores", señalan. Porque muestran que Italia tiene una posición sólida, en lo que se refiere a su balanza exterior, en comparación con España.

El superávit por cuenta corriente de Italia era del 3% sobre el PIB antes de la crisis y estaba basado en la exportación de bienes. Por el contrario, el superávit español era del 2% del PIB, pero basado en un superávit del 5,5% en servicios (turismo) y un déficit en bienes e ingresos.

El superávit externo de España se está evaporando a medida que los ingresos por turismo se agotan, alerta Pantheon. "Esta será una gran prueba para el mercado de bonos soberanos del país, porque sería la primera vez desde la crisis de la deuda soberana que una de las principales economías periféricas tiene un déficit externo", afirman.

Y aunque reconocen la inestimable ayuda del BCE, destacan que la posición de inversión internacional neta desfavorable de España "aún podría poner en tensión al mercado de bonos de España". Por tanto, los inversores seguirán presionando la prima de riesgo española, ya que es indudable la actual situación de debilidad en la que se encuentran las finanzas públicas hispanas.

Por eso es tan importante que la Unión Europea apruebe cuanto antes el fondo de recuperación del que se está hablando en los últimos días. Además del apoyo mostrado por el BCE, los inversores deben percibir que la UE no dejará atrás a ningún estado que lo necesite. De lo contrario, la prima de riesgo española puede dispararse y generar una nueva crisis de deuda soberana. Algo que no le interesa a ningún país, ni siquiera a la reticente Holanda.

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