• Morgan Stanley habla de un cambio de narrativa de la reflación a la inflación
  • Oxford Economics, Credit Suisse y Macquarie prevén inflación al alza, pero bajo control
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La inflación se ha convertido en la nueva 'obsesión' de las bolsas mundiales. Después de los datos conocidos en Estados Unidos durante las últimas semanas, los inversores han comenzado a descontar un escenario de crecimiento económico más rápido de cara a 2018.

Aunque, como contrapartida, también anticipan un repunte de los precios que puede provocar un endurecimiento monetario mayor de lo previsto por parte de la Fed. En este escenario, los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) que se publican este miércoles en EEUU serán analizados con 'lupa' por el mercado.

El consenso espera que el IPC de enero repunte un 0,3% y que la tasa interanual de inflación se reduzca hasta el 1,9% desde el 2,1% en el que cerró 2017. También anticipa que la inflación subyacente, sin alimentos ni energía, repunte un 0,3%; y que la tasa interanual se reduzca hasta el 1,7% desde el 1,8%.

Estos datos son muy relevantes por varias razones. En diciembre, la inflación subyacente repuntó una décima más de lo esperado y fue la primera señal inflacionista que recibieron los inversores estadounidenses en mucho tiempo. Posteriormente, el Informe de Empleo de enero mostró el mayor repunte de los salarios desde 2009, lo cual terminó de poner nerviosos a los operadores y desencadenó la semana pasada la primera corrección superior al 10% en Wall Street desde diciembre de 2015.

El 45% de los gestores encuestados por Bank of America Merrill Lynch considera que un colapso de los bonos inducido por la inflación es el principal riesgo para el mercado. Otro 18% señala a un error de los bancos centrales en sus políticas monetarias como el segundo mayor riesgo. Finalmente, el 13% considera que la propia estructura del mercado es el principal riesgo para las bolsas.

DE LA REFLACIÓN A LA INFLACIÓN

Michael Wilson, estratega jefe de Morgan Stanley en EEUU, explica que la narrativa ha pasado de la “reflación hacia la inflación”. En su opinión, uno de los factores que ha entrado en juego en EEUU ha sido la reforma fiscal que logró aprobar la Administración Trump antes de que finalizara 2017.

Para ser claros, no creemos que la inflación y los tipos de interés más altos vayan a matar al mercado alcista en las bolsas mundiales

“No sólo se aprobó antes de lo esperado por la mayoría, sino que fue mayor de lo previsto y no ha contado con financiación”, afirma este experto, en alusión al aumento del déficit a largo plazo que provocará la rebaja de impuestos.

Para Wilson, la caída de las bolsas y el repunte en los rendimientos de los bonos sugiere que las mayores expectativas de inflación “finalmente han cruzado el límite en el que no son buenas para la valoración de las bolsas, o al menos es lo que ha comenzado a pensar el mercado”.

Se ha producido un cambio en las expectativas de los inversores, acentuado por una explosión de la volatilidad, que ha sorprendido incluso a los que esperaban un repunte de la misma. “Para ser claros, no creemos que la inflación y los tipos de interés más altos vayan a matar al mercado alcista”, afirma Wilson.

“Sin embargo”, añade, “sí creemos que hemos alcanzado niveles que hacen más complicado nuestro argumento de largo plazo que justifica valoraciones más elevadas”. Por ello, la previsión de Morgan Stanley es que las acciones suban “más en línea con las estimaciones de beneficios y no por encima”.

INFLACIÓN GRADUAL Y MODERADA

En una línea parecida, los expertos de Oxford Economics señalan que la corrección de Wall Street puede explicarse por un aumento de las “sorpresas inflacionistas” y también por “una liquidación desordenada de inversiones relacionadas con la volatilidad”. Lo que está claro, añaden, es que “la psicología ejerce un impacto desproporcionado en los mercados, sobre todo en las dinámicas de ciclo maduro (como ahora) en las que las valoraciones son elevadas”.

No obstante, siguen apostando por la renta variable porque lo contrario sería anticipar que “la inflación quedará fuera de control”. Aunque sí prevén un aumento de las presiones inflacionistas, aseguran que se deberán a “un crecimiento global firme” y anticipan que “la inflación sólo aumentará de forma gradual y moderada”. Su consejo es “añadir exposición” a las bolsas porque todavía queda recorrido alcista en el mercado.

BONOS E INFLACIÓN

Desde Credit Suisse, se preguntan hasta dónde pueden llegar los rendimientos de los bonos del Tesoro americanos y cuánto daño pueden hacer a los mercados. “No nos sorprendería si el bono a 10 años de EEUU alcanzará rentabilidades del 3,3%”, afirman.

Pensamos que las acciones pueden convivir con rendimientos del bono a 10 años que suban hasta el 3,5%

Sobre la inflación, consideran que “no será un gran problema” porque “las expectativas de inflación en EEUU pueden subir aún un poco más, pero no mucho más”. En su opinión, el mayor problema para los inversores es “determinar la tasa de pleno empleo”. En su opinión, ésta se encuentra en niveles del 3,5% (la tasa de paro en EEUU se encuentra en el 4,1%).

Su preocupación es que “los efectos base” puedan impulsar la inflación subyacente en 0,4 puntos porcentuales, lo que puede elevar las expectativas de inflación en el segundo trimestre. “El problema para las acciones se produce cuando el crecimiento de los salarios alcanza el 3,2% - 3,5% (actualmente en el 2,9%)”, afirman, ya que entonces la Fed puede verse obligada a endurecer su política monetaria.

“Históricamente, los cambios de valoración a la baja se producen cuando la inflación sube por encima del 3%. Pensamos que las acciones pueden convivir con rendimientos del bono a 10 años que suban hasta el 3,5%”, afirman los analistas del banco suizo. En estos momentos, la rentabilidad del bono a 10 años estadounidense se sitúa en el 2,847%, cerca de sus máximos desde 2014 marcados este lunes en el 2,896%.

MÁS VOLATILIDAD … Y MÁS RIESGO

Para los expertos de Macquarie, la combinación de un mayor crecimiento y más estímulos fiscales en EEUU han forzado al mercado a abandonar la narrativa de la “estagnación secular de los últimos años”. En su opinión, mayores rendimientos de los bonos y volatilidad “son un reflejo natural de la mejor previsión para el crecimiento y la inflación”, algo que no afectará al crecimiento mundial.

Para estos expertos, es clave que la rentabilidad del bono a 10 años de EEUU no supere el 3% durante los próximos seis meses, lo que permitirá a la renta variable reanudar su senda alcista de los últimos meses, aunque con una volatilidad mayor que en 2017, cuando fue inusualmente baja.

Por todas estas razones, los datos de inflación en Estados Unidos se han convertido en una obsesión para las bolsas mundiales. La reacción de los operadores a las referencias que se conocerán antes de la apertura de Wall Street será clave para el rumbo de los mercados en el corto plazo.

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