• Los tipos de interés y la presión regulatoria pesan sobre la rentabilidad del sector
  • La competencia tecnológica supone un reto adicional para los modelos de negocio de la banca
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La banca sigue sin carburar en bolsa. Y no es de extrañar porque no deja de acumular obstáculos. Los tipos de interés, los test de estrés, débil demanda de crédito, las dudas sobre la banca italiana… Estos elementos son los que están pesando sobre el sector y los que están provocando que la rentabilidad de su negocio esté presionada.

Los tipos de interés o las dudas sobre la banca italiana son element os que pesan sobre el sector

Esta complicada realidad se ha vuelto a dejar notar esta semana en las cotizaciones de los bancos españoles, que han seguido cayendo por mucho que todas las entidades españolas aprobaran los test de estrés a los que fueron sometidas por las autoridades europeas. Los siete bancos presentes en el Ibex 35 han cerrado con descensos: Bankintrer se ha dejado un 1%; CaixaBank, un 2%; Bankia, un 3%; Santander y BBVA, un 4%; Banco Sabadell, un 6%; y Banco Popular, un 8%.

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Estas caídas acentúan los descensos con los que el sector ya viene cargando a lo largo del año. Ninguno de los siete bancos esquiva los números rojos bursátiles en 2016. De media, las caídas alcanzan el 27%, aunque oscilan entre el 4% de Bankinter y el 57% del Popular.

Todo ello, pese a aprobar los test de estrés -"No sirven para nada. Deberían dejar de hacerse", se dice en el sector-. Pero es el que el mercado tiene centrado el punto de mira ahora en otro frente: el de la rentabilidad, que se ve muy presionada por los tipos de interés en mínimos históricos. A finales de 2015, el rendimiento sobre el capital (ROE) de la actividad bancaria en España se limitaba al 4,4%, la media entre 2000 y 2007 fue del 12%.

Para el analista de XTB, Carlos Fernández, los bancos tienen difícil mantener su rentabilidad y “prueba de ello es la caída en la cotización de las acciones”. Afirma que “a falta de proyectos viables a los que prestar dinero se une la política de tipos de interés al 0% aplicada por el Banco Central Europeo (BCE), por lo que el beneficio de los bancos está muy erosionado”, continúa. “Su negocio natural ya no es negocio confirma Javier Santacruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

Ninguno de los siete bancos que forman parte del Ibex 35 esquiva los números rojos bursátiles en 2016

En la misma línea, Rafael Hurtado, profesor de CUNEF, no cree que el problema de la baja rentabilidad del negocio de la banca sea que “presta menos”, sino que existe un desajuste entre el activo y el pasivo de la compañía. Además, subraya que la estrategia de la banca es “fomentar otros productos que no son los típicos bancarios”.

CONDICIONADA POR LA EUROPEA

Otro elemento que pesa sobre la banca española es el ‘efecto contagio’ de las dudas que envuelven a loas entidades de otros países. El analista de Self Bank, Felipe López-Gálvez, afirma que los inversores incluyen “en el mismo saco” a los países periféricos y como ejemplo destaca la correlación que se está dando entre la banca italiana y la española, dejando a un lado las diferencias entre la solvencia de una y otra. “En este escenario el miedo a un efecto contagio es el que está moviendo a los inversores”, asegura Fernández.

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Fernández precisa que “el foco de los inversores se encuentra en la banca italiana” y que anteriormente se ha observado un “claro efecto contagio en el sector bancario, por lo que son comprensibles las dudas de los inversores”.

“Los test de estrés y los resultados trimestrales han demostrado que la banca española está suficientemente capitalizada. Las caídas en bolsa son fruto de sus malas perspectivas de beneficio, no de las dudas sobre su solvencia”, según López-Gálvez.

PRESIÓN REGULATORIA Y TRANSFORMACIÓN TECNOLÓGICA

Las cotizaciones también sienten la mayor presión regulatoria que se exige al sector. “Las autoridades piden a los bancos más crédito y más capital al mismo tiempo. Es como soplar y sorber a la vez, que no es posible”, observa Santacruz.

López-Gálvez matiza que la nueva regulación del sector pide un mayor control por parte de los bancos de sus ratios de capital, “lo que les impide llevar a cabo prácticas más arriesgadas que antaño les reportaron jugosos beneficios”.

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A la lista de desafíos que tienen los bancos se suma la transformación digital y la llegada de nuevos competidores tecnológicos

A los desafíos anteriores se suma la transformación digital y la llegada de nuevos competidores tecnológicos (fintech). La revolución tecnológica cada vez tiene más fuerza en un sector en el que los clientes "no tienen tiempo" para ir a la oficina y, en general, las sucursales ofrecen horarios bastante limitados. Así, tener que incluir el proceso tecnológico en su día a día está llevando a los bancos a consumir muchos de sus recursos. “Este proceso tecnológico les obliga a invertir en la digitalización y a llevar a cabo reestructuraciones y cambios culturales que conllevan costes”, apunta López-Gálvez.

“Los retos a los que se enfrenta este sector en los próximos años son complejos, empezando por el escenario de bajos tipos de interés y acabando por las transformación tecnológica que deben afrontar”, advierte López-Gálvez. Además, el analista advierte de que “los rivales de los bancos ya no son los propios bancos, sino la multitud de empresas tecnológicas, como las Fintech, que amenazan con robarle parte de su cuota de mercado a la banca tradicional”.

Fernández, eso sí, subraya que los bancos que no han sido absorbidos y eran viables “han mejorado sus balances reduciendo créditos morosos por lo que la situación no es preocupante”. Además, el experto cree que invertir en los bancos es una opción para “los inversores más arriesgados” que tengan un horizonte temporal largo. “Si se normalizan los tipos de interés y se prolonga la recuperación económica, el sector bancario sería de los más beneficiados”, sostiene. Hurtado coincide en señalar que el sector está bien preparado para afrontar “situaciones económicas adversas”, que cree que no se van a dar.

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