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El empecinamiento de Donald Trump en prolongar la guerra comercial con China le ha costado un disgusto a Wall Street. Los principales índices neoyorkinos han vivido su segunda peor semana del año con caídas de más del 2% (Dow Jones: -2,1%; S&P 500: -2,1%; Nasdaq: -3,3%) y se han alejado de los máximos históricos que marcaron el viernes anterior. Además, los parqués del Viejo Continente se han contagiado de este desplome, con retrocesos de entre el 2,4% y el 4%.

El presidente estadounidense decidió lanzar un nuevo órdago el pasado domingo al amenazar con un aumento de los aranceles del 10% al 25% sobre exportaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares. Al día siguiente también avisó de su intención de imponer impuestos del 25% a otros 325.000 millones de exportaciones. Dijo que lo haría en breve y así fue. La primera amenaza entró en vigor este viernes, mientras que en un tweet aseguró que la segunda "está en proceso".

Estos hechos han desangrado a los índices asiáticos. El parqué de Shangai ha retrocedido un 4,5% esta semana y tiene que dar gracias a que en la sesión del viernes recuperó un 3,1%. Por su parte, la bolsa de Shenzen ha cedido un 4%; mientras que el Hang Seng de Hong Kong se ha dejado un 5% y el parqué de Singapur un 3,5%. Todos ellos también redujeron las pérdidas el viernes.

LAS CONVERSACIONES TERMINARON SIN ACUERDO

Trump ha jugado al gato y al ratón durante toda la semana. Tan pronto sostenía que el acuerdo "todavía es posible" porque la delegación china ya había llegado a Washington para negociar, como afirmaba que no tenía prisa por terminar el conflicto comercial. Fuese como fuese, las conversaciones entre EEUU y China finalizaron el viernes sin alcanzar ningún tipo de acuerdo, aunque el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, consideró que fueron "constructivas".

Habrá que esperar para ver cómo finaliza la guerra comercial entre ambas potencias. De momento, Trump ya ha avisado: "No soy Obama, que dejó a China salirse con la suya". En su opinión, los aranceles darán a EEUU más riqueza y les hará "mucho más fuertes", ya que irán directos al Tesoro estadounidense.

Los inversores confían en que finalmente puedan alcanzar a un acuerdo. Es cierto que seguirá la incertidumbre, pero el mercado ya se mostró el viernes más optimista (Europa y Asia cerró en verde), confiado en que se firme la paz, aunque sea 'in extremis'. Por ejemplo, Deutsche Bank apunta que "los inversores parecen seguir intentando aferrarse a la esperanza de que los responsables políticos de ambos países optarán por reducir la tensión".

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