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Las bolsas están absolutamente paradas a la espera de que termine la Navidad y empiecen a aparecer los primeros catalizadores de 2023. Y uno de los más relevantes en el arranque del nuevo año será el IPC de Estados Unidos de diciembre, que se publica el próximo 12 de enero y para el que se espera una ligera subida del 7,1% de noviembre al 7,3%, con un aumento también leve de la tasa subyacente hasta el 6,1% desde el 6%.

El consenso prevé, por tanto, que el dato confirme que los precios están tocando techo al otro lado del Atlántico, para poder ratificar a su vez que los tipos finales de la Reserva Federal (Fed) están cerca.

"La inflación estadounidense parece haber variado su dirección por fin y creemos que podría bajar con rapidez en los próximos seis meses. Pensamos, por tanto, que estamos muy cerca de los tipos terminales en EEUU, y parece que hoy tenemos más certidumbre en torno a los planes de la Fed de la que nunca hemos tenido durante 2022", comenta Eoin Walsh, gestor de TwentyFour Asset Managers.

Con la mira en el dato de inflación, Eurizon encara el arranque de 2023 con una visión favorable de las bolsas. "Tenemos una visión positiva de las acciones -desde neutral- que, a la espera de la próxima lectura de inflación en EEUU, podrían aprovechar para subir apoyándose en la liquidación de posiciones cortas antes de verse afectadas por la probable desaceleración económica", explican desde la firma. "Por regiones, hemos obtenido beneficios 'sobreponderando' Europa en detrimento de mercados emergentes. El orden de preferencia es ahora: mercados emergentes en primer lugar; en segundo lugar EEUU, Europa y Pacífico (excluyendo Japón); y en tercer lugar, Japón", detallan.

Eurizon también cree que los bancos centrales están cerca de completar su restricción monetaria. Será "en los primeros meses del nuevo año", anticipa. Así, estima que el tipo terminal de la Fed alcanzará el 5% tras un aumento total de 475 puntos básicos en poco más de un año. Por su parte, el tipo terminal del BCE se prevé en el 3,3%, 75 puntos básicos por encima de su nivel actual y debería alcanzarse en primavera, lo que supone un aumento total de 300 puntos básicos en nueve meses.

"A partir de la primavera, la Fed y el BCE mantendrían los tipos estables, y evaluarían la resistencia del crecimiento económico. La Fed podría recortar tipos a partir de otoño para contener la desaceleración macroeconómica", comentan desde Eurizon.

EL PRINCIPAL RIESGO

El principal riesgo de cara al año que viene es que los bancos centrales, y especialmente la Fed, se 'pasen de frenada'. Así lo cree Eurizon y TwentyFour Asset Managers.

"De las incógnitas que siguen pendientes, creemos que la más importante es el daño que los tipos 'altos durante más tiempo' podrían causar a los fundamentales económicos", explica Walsh.

Aun así, el escenario principal de TwentyFour Asset Managers para el próximo año (50% de posibilidades) plantea un aterrizaje "aún más suave" porque la Fed pivotará a finales de año para preparar una flexibilización.

"Nuestras perspectivas de crecimiento mundial son más positivas, con la perspectiva de una relajación de la política china de cero-COVID como un acontecimiento bien recibido y potencialmente significativo. Esperamos que el crecimiento del PIB mundial supere el 2% en 2023, más que en Estados Unidos o Europa", concluye Eoin Walsh.

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