des billets de 10 000 yens tokyo

Las bolsas de la región Asia-Pacífico han cerrado con signo mixto este miércoles, tras conocer los datos de la inflación de Australia y los beneficios industriales de China, y también después de la sangría del yen, que ha caído a su nivel más bajo en 34 años en su cruce con el dólar.

La divisa japonesa ha registrado su cota más débil desde 1990, lo que ha elevado las expectativas de una posible intervención. En concreto, el yen ha llegado a caer hasta 151,97, antes de registrar un leve fortalecimiento frente al dólar. Desde hace días preocupa la situación de la moneda nipona, hasta el punto de que el ministro japonés de Finanzas, Shunichi Suzuki, ya ha dicho que el país "no descartará ninguna medida para responder a los movimientos cambiarios desordenados".

El mercado ya especula con que si la cotización sigue retrocediendo, entonces el Gobierno japonés podría reaccionar con una intervención directa, algo que ya ocurrió en 2022.

También ha hablado el gobernador del Banco de Japón (BoJ), Kazuo Ueda, que ha dicho que el organismo estará atento a los movimientos cambiarios, y es que "se encuentran entre los factores que tienen un gran impacto en la economía y los precios".

Cabe recordar que el banco central puso fin la semana pasada a su política de tipos de interés negativos después de ocho años, y abolió su política de control de la curva de rendimiento.

En medio de esta situación, el Nikkei 225 de Japón ha repuntado un 0,9% para cerrar en 40.762,73 puntos, mientras que el Topix ha subido un 0,66% hasta los 2.799,28 enteros.

En China, el CSI 300 ha caído un 1,16% y ha terminado en 3.502,79 puntos, su nivel más bajo en aproximadamente un mes, mientras que el índice Hang Seng de Hong Kong ha perdido un 1,44%. Y eso que los beneficios industriales combinados de China en enero y febrero aumentaron un 10,2% interanual, aunque los beneficios industriales cayeron un 2,3% en el conjunto de 2023.

Por su parte, el S&P/ASX 200 de Australia ha terminado con subidas del 0,51% hasta los 7.819,60 puntos, tras conocer que la inflación aumentó un 3,4% en febrero, manteniéndose así en su nivel más bajo en dos años. Esta es la primera lectura del IPC que se conoce después de que el Banco de la Reserva de Australia (RBA) dijera que no podía "descartar nuevos aumentos de los tipos de interés".

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