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Sydney, AustraliaSharecast / Photoholgic via Unsplash

El Banco de la Reserva Federal de Australia (RBA) ha elevado los tipos de interés de manera inesperada en su reunión de este martes hasta el 4,10% desde el anterior 3,85%. El mercado esperaba que el organismo monetario mantuviera los intereses en el 3,85%.

Para justificar su decisión, el RBA ha señalado que "la inflación en Australia ha superado su punto máximo, pero el 7% sigue siendo demasiado alto y pasará algún tiempo antes de que vuelva al rango objetivo. Este aumento adicional en las tasas de interés es para brindar una mayor confianza en que la inflación volverá a la meta dentro de un plazo razonable".

Además, la entidad ha comentado que "se mantiene en alerta ante el riesgo de que las expectativas actuales de inflación alta contribuyan a mayores aumentos tanto en los precios como en los salarios, especialmente dada la limitada capacidad disponible en la economía y la tasa de desempleo aún muy baja. En consecuencia, seguirá prestando mucha atención tanto a la evolución de los costes laborales como al comportamiento de fijación de precios de las empresas".

En este sentido, el RBA "todavía está tratando de mantener la economía en equilibrio a medida que la inflación regresa al rango objetivo del 2-3%, pero el camino para lograr un aterrizaje suave sigue siendo estrecho".

Para el banco central, "una fuente importante de incertidumbre sigue siendo la perspectiva del consumo de los hogares", ya que "la combinación de tasas de interés más altas y las presiones del coste de vida está provocando una desaceleración sustancial en el gasto de los hogares".

Además, según el organismo, "los precios de la vivienda están subiendo de nuevo y algunos hogares tienen reservas de ahorro sustanciales, aunque otros están experimentando una dolorosa contracción de sus finanzas. También existen incertidumbres con respecto a la economía mundial, que se espera que crezca a un ritmo inferior al promedio durante los próximos dos años".

Por ello, el RBA considera que "es posible que se requiera un mayor endurecimiento de la política monetaria para garantizar que la inflación regrese al objetivo en un plazo razonable, pero eso dependerá de cómo evolucionen la economía y la inflación. La Junta continuará prestando mucha atención a la evolución de la economía mundial, las tendencias en el gasto de los hogares y las perspectivas de inflación y del mercado laboral. La Junta se mantiene firme en su determinación de devolver la inflación a la meta y hará lo necesario para lograrlo".

PRIMERAS VALORACIONES

"El RBA había sido fuertemente criticado por ser demasiado lento para detectar el aumento de la inflación observado a fines de 2021 y durante 2022", explica Michael Hewson, jefe de análisis de CMC Markets UK.

"Esta crítica parece haber picado, y ahora el giro agresivo en el que nos encontramos plantea la posibilidad de que el banco central pueda compensar en exceso en la dirección opuesta", añade este experto.

En su opinión, el RBA "corre el riesgo de apretar demasiado y perturbar el mercado de la vivienda. Dicho esto, la tasa de interés en Australia se mantiene muy por debajo de su par inmediato, el RBNZ de Nueva Zelanda, donde se ubica en el 5,5%, por lo que el RBA todavía tiene mucho espacio para ponerse al día".

Por su parte, los expertos de TD Securities destacan que el organismo ha eliminado de su comunicado "su frase clave de que 'las expectativas de inflación a medio plazo siguen bien ancladas', lo que, en nuestra opinión, indica una línea dura" en su política monetaria.

"Esperamos otra subida de 25 puntos básicos por parte del RBA, aunque creemos que el banco preferiría moverse de nuevo en agosto tras la publicación del IPC oficial del segundo trimestre y las previsiones salariales actualizadas del personal del RBA".

ASÍ ESTÁ LA ECONOMÍA AUSTRALIANA

El banco central australiano ha añadido en su comunicado que "la alta inflación dificulta la vida de las personas y perjudica el funcionamiento de la economía. Erosiona el valor de los ahorros, daña los presupuestos familiares, dificulta que las empresas planifiquen e inviertan y empeora la desigualdad de ingresos. Y si la alta inflación se arraigara en las expectativas de la gente, sería muy costoso reducirla más tarde, lo que implicaría tasas de interés aún más altas y un mayor aumento del desempleo".

Según su análisis, "los datos recientes indican que los riesgos al alza para las perspectivas de inflación se han incrementado y el Consejo ha respondido a ello". Porque "si bien la inflación de los precios de los bienes se está desacelerando, la inflación de los precios de los servicios sigue siendo muy alta y está demostrando ser muy persistente en el exterior". Además, "los costes laborales unitarios también están aumentando rápidamente, y el crecimiento de la productividad sigue siendo moderado".

Para el RBA, "el crecimiento de la economía australiana se ha ralentizado y las condiciones del mercado laboral se han relajado, aunque siguen siendo muy estrictas. La tasa de desempleo aumentó ligeramente hasta el 3,7% en abril y el crecimiento del empleo se ha moderado. Las empresas informan que la escasez de mano de obra ha disminuido, aunque las ofertas de trabajo y los anuncios siguen en niveles muy altos".

Por último, el organismo considera que "el crecimiento de los salarios ha repuntado en respuesta al ajustado mercado laboral y la alta inflación. Se espera que el crecimiento de los salarios del sector público aumente aún más y el aumento anual de los salarios fue mayor que el del año pasado. A nivel agregado, el crecimiento de los salarios sigue siendo coherente con la meta de inflación, siempre que se recupere el crecimiento de la productividad".

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