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Joe Biden y Xi Jinping© Alberto Sánchez

“Me alegro de verte”. Así dio comienzo el presidente estadounidense, Joe Biden, a la reunión de tres horas que ha mantenido con su homólogo chino, Xi Jinping, en el marco de la cumbre del G20 que se celebra esta semana en Bali (Indonesia). Se trata del primer encuentro cara a cara entre ambos mandatarios desde que Biden accedió al cargo hace ya dos años.

Durante la reunión, Biden ha planteado una serie de temas complejos al presidente chino, según ha informado la Casa Blanca. El presidente de EEUU ha mostrado la objeción del país norteamericano a las "acciones coercitivas y cada vez más agresivas de China hacia Taiwán", las "prácticas económicas no comerciales" de Beijing y las preocupaciones sobre "Xinjiang, Tíbet y Hong Kong y los derechos humanos en general".

Con todo, Biden ha señalado que no cree que Xi Jinping planee un ataque "inminente" contra Taiwán y que "no es necesario que haya una nueva Guerra Fría" entre EEUU y China.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Beijing, por su parte, ha dicho que la conversación fue "profunda, franca y constructiva" y que los dos líderes alcanzaron "importantes entendimientos comunes". Ambos mandatarios están preparados "para tomar medidas concretas y que las relaciones entre China y Estados Unidos vuelvan a la senda del desarrollo constante".

Con respecto a la guerra de Ucrania, Washington ha insistido en que Beijing se abstenga de vender armas a Rusia, algo que China ha evitado en gran medida hacer. "Reafirmamos nuestra creencia compartida de que la amenaza o el uso de armas nucleares es totalmente inaceptable", ha afirmado Biden en una breve conferencia de prensa después de la reunión.

El programa de armas nucleares de Corea del Norte también ha formado parte de las conversaciones. Biden ha dejado claro que si Beijing no logra persuadir a Pionyang para que detenga el aluvión de pruebas, "entonces Estados Unidos no tendrá más remedio que "tomar ciertas acciones que serían más defensivas" para salvaguardar a los aliados Corea del Sur y Japón. Aunque el presidente estadounidense ha tranquilizado a Xi indicando que estas acciones "no estarían dirigidas contra China, sino que serían para enviar un mensaje claro a Corea del Norte".

“Compartimos la responsabilidad, en mi opinión, de demostrar que China y Estados Unidos pueden gestionar sus diferencias, evitar que la competencia se convierta en algo parecido a un conflicto, y encontrar formas de trabajar juntos en cuestiones globales urgentes que requieren nuestra cooperación mutua”, ha indicado Biden al inicio de la reunión.

El presidente estadounidense también ha señalado que “el mundo espera, creo, que China y Estados Unidos desempeñen un papel clave a la hora de abordar los desafíos globales, desde los cambios climáticos hasta la inseguridad alimentaria, y que seamos capaces de trabajar juntos”. “Estados Unidos está dispuesto a hacer precisamente eso, a trabajar con ustedes, si eso es lo que desean”, ha añadido.

Por su parte, Xi ha apuntado que “como líderes de dos grandes países”, ambos “necesitan trazar el rumbo correcto y encontrar la dirección adecuada para los lazos bilaterales y aumentar la relación” entre Pekín y Washington, según informa el medio estatal China Xinhua News. “China y Estados Unidos deben trabajar con todos los países para aportar más esperanza a la paz mundial, mayor confianza en la estabilidad global y un mayor impulso al desarrollo común”, ha aseverado Xi.

“Actualmente, la relación entre China y Estados Unidos se encuentra en una situación que a todos nos preocupa mucho, porque no es el interés fundamental de nuestros dos países y pueblos y no es lo que la comunidad internacional espera de nosotros”, ha agregado el líder chino.

Antes de reunirse con Xi, Biden conversó este pasado domingo con los presidentes de Japón, Corea del Sur y Australia, donde el presidente habría explicado su enfoque de cara a la reunión y cuestionó a los aliados de EEUU por sus preocupaciones, según informan fuentes de la Casa Blanca.

Por otra parte, según informa ‘Bloomberg’, Biden aprovechó una cumbre en Camboya con los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático para afianzar relaciones en una región en la que China es, con diferencia, el principal socio comercial.

LÍNEAS ROJAS

Lo cierto es que las relaciones entre ambas potencias no atraviesan sus mejores momentos. “Tenemos muy pocos malentendidos”, aseguró Biden a los periodistas el domingo en Camboya, "Solo tenemos que averiguar dónde están las líneas rojas y qué es lo más importante para cada uno de nosotros de cara a los próximos dos años".

Desde el gabinete del presidente estadounidense se espera que Biden manifieste en el cara a cara su preocupación por las prácticas económicas perjudiciales, la actividad china que “amenaza la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán, así como nuestra antigua preocupación por las violaciones de los derechos humanos”.

Y es que buena parte de las tensiones se han acentuado debido a la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. Según informa ‘The Wall Street Journal’, para Xi la reunión ofrece la oportunidad de reafirmar las líneas rojas del gigante asiático ante Biden, particularmente que Washington no debe ayudar en la defensa de Taiwán y que China no rehuiría un enfrentamiento militar con Estados Unidos para reafirmar el control sobre la isla.

Según las fuentes de este medio, cualquier posible visita de políticos estadounidenses de alto nivel a Taiwán podría ser vista por los chinos como acciones provocadoras y podría aumentar la posibilidad de enfrentamientos reales entre los países. En este sentido, el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, ha dicho que visitaría Taiwán si se convierte en presidente de la Cámara. Asimismo, la postura de China respecto al conflicto en Ucrania también inquieta mucho en la Casa Blanca.

Asimismo, también se espera que Xi debata con Biden las nuevas restricciones a la exportación de semiconductores avanzados y equipos de fabricación de chips de Estados Unidos. Según reveló Nvidia en una presentación ante la SEC, el Ejecutivo estadounidense impuso restricciones a sus exportaciones a China y Hong Kong alegando el riesgo de que los productos puedan ser utilizados por los servicios militares chinos. Asimismo, el pasado octubre, el Departamento de Comercio emitió una serie de normas que permiten a Estados Unidos bloquear los chips de fabricación extranjera con tecnología estadounidense.

VALORACIÓN DE LOS EXPERTOS

Christian Gattiker, director de investigación de Julius Baer, cree que el cara a cara entre Xi y Biden marcará el tono del mercado no solo en las próximas semanas, sino “en las interacciones en la comunidad mundial en 2023, y posiblemente más allá”.

“El hecho de que ambos se reúnan ya es una buena señal, según algunos observadores. Sin embargo, será interesante ver la comunicación en torno al intercambio”, explica, al tiempo que asegura que “será necesario leer entre líneas y examinar los matices” para saber cuál es la nueva situación en las relaciones entre ambos países tras la reunión entre presidentes.

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